Los Ángeles (California).- A sus 78 años, Edward James Olmos no solo conserva la energía de un joven soñador, sino que planea vivir 200 años para seguir contando historias que representen con dignidad a su comunidad.
El aclamado actor, director y activista regresó a su alma mater, Cal State LA, para una emotiva velada en su honor, donde fue recibido por más de 400 asistentes que celebraron su vida, carrera y activismo en el marco del “We Are LA: Community Weekend”.
El evento, titulado “Una noche con Edward James Olmos”, se realizó en el Teatro Luckman. Incluyó una conversación con el decano de la Facultad de Artes y Letras, Stephen Trzaskoma, la proyección del clásico The Ballad of Gregorio Cortez (1982), y la entrega —con retraso— del Prism Award 2024, un galardón que reconoce a creadores que promueven la diversidad en medios especulativos como la ciencia ficción y la fantasía.
La presidenta de Cal State LA, Berenecea Johnson Eanes, destacó el impacto de Olmos con palabras cálidas.
“Hoy honramos a uno de los nuestros. Esta noche no es solo una ceremonia, es un regreso a casa, una celebración de la conexión y la cultura”.
Olmos originalmente iba a recibir el premio en octubre durante EagleCon, la conferencia anual de ciencia ficción y fantasía de la universidad. Sin embargo, una emergencia familiar le impidió asistir entonces, lo que hizo que este reencuentro tuviera una carga emocional aún más fuerte para él y sus seguidores.
Con una carrera de más de 50 años, Edward James Olmos ha sido un pilar del cine y la televisión que ha sabido combinar con compromiso social. Interpretó a Gaff en la influyente Blade Runner (1982) y al inolvidable Almirante William Adama en el aclamado reboot de Battlestar Galactica (2003–2009), dos obras clave en el género de ciencia ficción.
Sin embargo, su impacto trasciende géneros: su papel como el maestro Jaime Escalante en Stand and Deliver (1988) le valió una nominación al Oscar y consolidó su reputación como un narrador de historias que elevan a la comunidad latina.
Durante el evento, Olmos recordó con cariño sus días como estudiante en Cal State LA, donde estudió sociología y criminología mientras cantaba en clubes nocturnos del Sunset Strip. “Este no es el campus que conocí en 1968, pero sigue siendo mi raíz”, dijo con emoción. “Lo que soy hoy es resultado de abrazar mi cultura y entender de dónde vengo”.
Ese entendimiento personal es lo que, según Olmos, le permitió tomar decisiones firmes a lo largo de su carrera. Desde sus inicios con Zoot Suit, obra icónica del teatro chicano, hasta su compromiso con películas como American Me (1992) y Selena (1997), ha rechazado proyectos que no representen auténticamente a su comunidad.

“He contado las historias que quería contar. Esas películas se han convertido en centro del movimiento chicano”, afirmó.
Para la proyección de la noche, Olmos eligió sin dudar The Ballad of Gregorio Cortez, donde interpreta a un campesino mexicano acusado de matar a un sheriff en 1901. El filme, que fue incluido en 2022 en el Registro Nacional de Cine de Estados Unidos por su valor cultural e histórico, es considerado por Olmos como su mejor trabajo.
“No se romantiza, no se glamuriza, no se manipula. Se enseña”, explicó con pasión.
Su conexión con la verdad y la autenticidad también se extiende a sus proyectos futuros. Tras sobrevivir al cáncer de garganta en 2022, Olmos siente una urgencia renovada por narrar historias importantes. Entre sus planes se encuentra una película sobre el héroe de guerra Roy Benavidez y una adaptación cinematográfica de Valley of the Heart, obra del dramaturgo Luis Valdez.
Olmos, con lágrimas visibles, compartió su sentir ante una audiencia que lo recibió como a un héroe local.
“Fue hermoso, muy emocional. Hablé con la verdad, fuerte y claro”, dijo. Su mensaje final fue claro: la vida es frágil, pero mientras tenga voz y fuerza, seguirá luchando por contar historias que eleven la dignidad y la riqueza cultural de su gente.


































































