Buenos Aires (AFP) – Argentina, país líder en el rugby en América Latina, realiza un estudio pionero en la región sobre las lesiones cerebrales que afectan a largo plazo a los jugadores de ese deporte, de manera de prevenir las posibles consecuencias de su práctica en el deterioro cognitivo.

La investigación, a cargo de los neurólogos Fernando Salvat y Julieta Russo, comenzó en febrero de este año en el Instituto Fleni de Buenos Aires y se extenderá por 12 años, con cortes transversales.

«La información que solicitamos nos va a ayudar a sacar conclusiones para que se tomen decisiones preventivas y los deportes se puedan seguir haciendo de una manera cada vez más segura», explicó a AFP Salvat, quien también jugó al rugby en la Primera División de Alumni, uno de los clubes más tradicionales de Argentina.

En la investigación participan 140 exrugbiers, de entre 35 y 75 años de edad. El estudio contempla una evaluación neurocognitiva cada dos años y una resonancia y una extracción de sangre para detectar biomarcadores que indiquen lesión cerebral cada cuatro años.

Además, los familiares deberán completar anualmente un cuestionario para registrar posibles alteraciones en el funcionamiento motor y cerebral del voluntario.

Salvat y Russo habían sido contactados en 2015 por la Unión Argentina de Rugby para hacer un seguimiento como evaluadores independientes del fenómeno de las conmociones cerebrales, un pedido que impulsaba la World Rugby.

De esa experiencia surgió la motivación para realizar un estudio más ambicioso, que establezca patrones sobre la evolución a largo plazo de quienes practican ese deporte.

La conmoción –

El estudio contempla que los pacientes hayan jugado en diferentes posiciones, aunque hasta ahora no hay evidencia de que alguna en particular genere mayor riesgo, a diferencia de lo que ocurre en el fútbol.

«En el fútbol está claro que el cabezazo es la situación de juego que más predispone a la conmoción cerebral, por eso hay bastante evidencia científica de que los defensores con el tiempo tienen mayor impacto cognitivo que los que cabecean más esporádicamente», indicó Russo.

Con su investigación, estos neurólogos tratan también de desterrar las que consideran ideas erróneas, como por ejemplo que la conmoción cerebral implica la pérdida momentánea del conocimiento.

«Apenas 10% pierde la conciencia con una conmoción cerebral, por eso es importante que todos los que están cerca de los jugadores durante los partidos estén atentos a las señales de que no están bien, para sacarlos inmediatamente de la cancha», refirió Salvat.

Russo apuntó que justamente debido a la dificultad en la detección «está demostrado que se reportan menos conmociones de las que ocurren realmente, y por eso el principal predictor de deterioro cognitivo ahora es la duración de la carrera deportiva y no la cantidad de conmociones que se reportan».

Mejorar las técnicas –

Salvat y Russo saben que mientras esperan los resultados del estudio hay mucho para hacer en términos de prevención.

«Es fundamental, por ejemplo, mejorar la técnica del tackle, donde se presenta 95% de los riesgos de tener una conmoción cerebral durante el partido. Debería inculcarse desde las divisiones juveniles hacerlo con los dos hombros, encuadrar bien», dijo Salvat.

En este sentido, el especialista destacó la importancia de que la World Rugby haya decidido subir las penalidades para el tackle alto durante los partidos. «Primero no se penalizaba, después pasó a ser tarjeta amarilla y ahora puede ser hasta roja. Con eso se colabora para tratar de hacer el deporte un poco más seguro», consideró.

Los dos neurólogos coinciden en la necesidad de que todos los actores involucrados en el deporte participen de la prevención, y ven con satisfacción que cada vez más deportistas adhieren a la iniciativa.

«Hoy podemos difundir el conocimiento que se tiene sobre el tema y que el jugador sea un colaborador de este proyecto, no un participante pasivo. Eso también es un aprendizaje, que hacemos junto a ellos», subrayó Russo.

Un informe del Reino Unido publicado esta semana sostiene que una investigación internacional coordinada resulta vital para fortalecer la comprensión del vínculo entre las conmociones cerebrales de los deportistas y el desarrollo de la demencia.

El estudio del Alzheimer Research Trust y el Health Policy Partnership se ha realizado después de la denuncia de exjugadores de rugby, entre ellos Ryan Jones y Steve Thompson, a la World Rugby y a las federaciones inglesa y galesa por fracasar a la hora de protegerlos de lesiones neurológicas crónicas.

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