Bogotá (AFP) – Autoridades de Colombia capturaron a uno de los narcos más buscados de Antioquia (noroeste) y presunto responsable de asesinar a defensores de derechos humanos, informó este viernes el presidente Iván Duque.

«Fue capturado Luis Horacio Olivares González alias ‘Chatarra’ o ‘Richard’, cabecilla de los Caparros. Estaba incluido en el ‘cartel de los más buscados’ en Antioquia, por su responsabilidad en homicidios de líderes sociales», escribió el mandatario en Twitter.

La policía indicó en un boletín que el «jefe financiero» de la banda narcotraficante fue arrestado en el departamento del Meta (centro), en cumplimiento de una orden de captura por el delito de concierto para delinquir.

De 31 años y con una trayectoria delictiva de 15, Olivares también es acusado de «desplazamientos forzados, extorsiones y desaparición forzada», agregó el texto.

Según la investigación, ‘Chatarra’ comandaba un grupo de 398 personas «responsable de articular y ejecutar la confrontación armada contra el Clan del Golfo», la mayor banda narco del país, con quien se disputa el control de las rentas ilícitas en la región del Bajo Cauca antioqueño.

Como en varias zonas de Colombia, en Antioquia los grupos armados luchan por controlar narcocultivos o territorios estratégicos para la salida de droga o la producción de minería ilegal.

Denunciada por Naciones Unidas, la espiral de violencia que envuelve a activistas de derechos humanos y líderes sociales alcanza los 303 asesinatos desde que se firmó la paz con la exguerrilla FARC, en noviembre de 2016.

Según investigaciones locales, los activistas son vistos en muchos casos como enemigos por esas organizaciones, que buscan expandir los cultivos ilegales o asumir el control de los territorios que líderes sociales defienden.

Tras cuatro décadas de lucha contra el narcotráfico, Colombia sigue siendo el principal productor mundial de cocaína y Estados Unidos el mayor consumidor de esta droga.

Aunque la disolución de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), convertidas hoy en partido político tras el desarme de unos 7.000 combatientes, alivió la violencia política, aún persisten grupos armados que desafían al Estado en alejados puntos del país, gracias a los recursos del narcotráfico, principalmente.