Roma (Italia).- La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó recientemente los indicadores para medir el costo de las dietas saludables por países.

El análisis de la FAO se basa en la cantidad de personas que tienen acceso a una dieta saludable que incluya una diversidad de alimentos ricos en nutrientes, en consonancia con las orientaciones dietéticas.

De acuerdo con este análisis, con aportes de investigadores de la Universidad Tufts y del Banco Mundial, América Latina y el Caribe registran el costo más elevado de una dieta saludable en comparación con otras regiones.

En América Latina y el Caribe, el costo era de $3,89 por persona y por día en 2020. A este costo le seguían Asia ($3,72), África ($3,46), América Septentrional y Europa ($3,19) y Oceanía ($3,07).

“Poner fin al hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas (incluidas la desnutrición, las carencias de micronutrientes, el sobrepeso y la obesidad) va más allá de obtener alimentos suficientes para sobrevivir: Lo que la gente come también debe ser nutritivo”, aseguró David Laborde, director de la División de Economía Agroalimentaria de la FAO. 

“No obstante, uno de los principales obstáculos es el elevado costo de los alimentos nutritivos y la escasa asequibilidad de las dietas saludables para un gran número de personas en todo el mundo”.

El análisis también destaca que casi 3.100 millones de personas no podrán permitirse una dieta saludable en 2020. Esto significó un incremento de 112 millones de personas con respecto de 2019.

Este incremento se reflejó en Asia (78 millones), seguida de África (25 millones). Esto se reflejó, en menor medida, en América Latina y el Caribe (8 millones) y América Septentrional y Europa (1 millón).

Estos indicadores se basan en un conjunto integrado de datos, calculados a partir de variables que incluyen:

  • precios al por menor de alimentos disponibles localmente y las guías alimentarias basadas en alimentos;
  • patrones de distribución de los ingresos de los hogares del país; y 
  • las fórmulas necesarias para establecer la paridad del poder adquisitivo.

“Hacer un seguimiento del costo y la asequibilidad de las dietas saludables supone un paso adelante en el reconocimiento de la necesidad de nutrir y no solo alimentar al mundo”, afirmó la Sra. Lynnette Neufeld, Directora de la División de Alimentación y Nutrición de la FAO. 

“Esta nueva metodología también nos proporciona el punto de partida desde el que generar datos empíricos relevantes a nivel local que sirvan de guía para las políticas y los programas destinados a conseguir que las dietas saludables sean asequibles para todas las personas y en todo momento».

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