Mogadishu (Somalia).- Han pasado casi 130 años desde que el inventor italiano Guglielmo Marconi realizara la primera transmisión de radio desde la isla de Wight, frente a las costas de Inglaterra. Y sin embargo, a pesar de las asombrosas innovaciones digitales que han revolucionado las comunicaciones a nivel mundial desde aquella histórica emisión, la radio sigue siendo uno de los medios de comunicación más populares del mundo.

Este es sin duda el caso de Somalia, donde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) utiliza este medio que genera confianza para ayudar a los agricultores a incrementar la producción y hacer frente a las condiciones meteorológicas extremas —desde sequías hasta lluvias erráticas e inundaciones— que afectan de forma periódica a este país árido y semiárido de África oriental.

Lanzados en plena crisis de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) como forma de hacer frente a las restricciones impuestas durante la pandemia, los módulos de formación radiofónica de la FAO cubren una amplia gama de temas, como buenas prácticas agrícolas, desarrollo de la cadena de valor, agricultura climáticamente inteligente, nutrición, pesca, ganadería y educación financiera.

El uso de este tipo de tecnología es adecuado para Somalia, un país con una rica tradición oral pero escasos índices de penetración de Internet, en especial en las zonas rurales.

La radio es el canal de comunicación más importante y eficaz y el medio de comunicación de masas más popular. Hay más de 60 emisoras de radio en este extenso país. También se la considera una fuente de información creíble y fiable, ya que los oyentes pueden interactuar de primera mano con el medio a través de llamadas o incluso visitas en persona a la emisora.

Hay asimismo un elemento de género en juego: la mayoría de los hogares poseen una radio portátil, que normalmente sólo requiere un par de pilas para funcionar. Los teléfonos inteligentes, por el contrario, están menos extendidos y suelen poseerlos los hombres, aunque el panorama de los medios de comunicación en línea está cambiando rápidamente y ofrece nuevas oportunidades para difundir información. Por el momento, sin embargo, la radio sigue representando el canal de comunicación fundamental en el país.

La FAO en antena

Desde 2021, la FAO ha producido y emitido una media de 736 episodios al año, lo que corresponde a unos 14 700 minutos de emisión Cada episodio dura unos 20 minutos y es redactado por expertos de la FAO en inglés utilizando un vocabulario sencillo y de uso cotidiano.

A continuación, los episodios se traducen a las dos principales lenguas habladas en Somalia, —el maaxa tiri y el maay—, y se emiten en 21 emisoras de radio repartidas por todo el país, incluido el servicio público de radiodifusión de Somalilandia.

Un episodio centrado en la ordenación de los recursos hídricos en el contexto de la agricultura climáticamente inteligente de la FAO explica a los agricultores cuál es la mejor forma de regar sus cultivos y cómo recolectar el agua de lluvia que puede utilizarse durante la estación seca. Este enfoque de uso eficiente del agua, combinado con una cuidadosa selección de cultivos, puede ayudar a compensar los efectos del cambio climático.

En otro episodio se explica a los agricultores cómo añadir valor a sus cultivos envasando los productos en recipientes y en cantidades determinadas, preparándolos para el almacenamiento y el transporte, y etiquetándolos para que fueran más reconocibles en almacenes y mercados.

Efectos positivos

En 2022, la FAO llevó a cabo una detallada evaluación de repercusión para discernir la eficacia de su programa de aprendizaje a distancia por radio para las comunidades rurales de Somalia.

La evaluación se llevó a cabo mediante entrevistas en persona con una muestra aleatoria de 1 185 oyentes de radio, en su mayoría agricultores y pastores repartidos por 12 regiones. Las respuestas fueron positivas en su inmensa mayoría.

Por ejemplo, el 94 % de los oyentes afirmaron haber adquirido conocimientos sobre la producción agrícola y una mejor gestión de las empresas agrícolas, mientras que el 64 % de los que siguieron los módulos de formación sobre nutrición afirmaron haber aplicado los conocimientos adquiridos. En los distintos módulos, más del 70 % de los encuestados habían aplicado los conocimientos o los habían compartido con otras personas.

“El personal de la emisora sugirió cosas de las que todos nos hemos beneficiado. Dijeron que utilizar semillas tradicionales bien seleccionadas puede ser bueno, y creo que es cierto, así que seguí el consejo”, afirma un radioyente llamado Jowhar.

Otro oyente de una emisora asociada, Warsan Radio, dijo haber adquirido conocimientos que no esperaba sobre “formas de combatir las plagas utilizando los recursos disponibles”.

Los encuestados valoraron especialmente las sesiones de preguntas y respuestas de las emisiones, que, según dijeron, habían aumentado su confianza y motivación para aplicar y compartir los conocimientos adquiridos.

Quizás lo más importante es que la mayoría de los radioyentes afirmaron que la productividad de sus cultivos había aumentado, la calidad de los productos había mejorado y las pérdidas poscosecha habían disminuido, lo que se tradujo en un aumento de los ingresos como resultado de la formación.

El Representante de la FAO en Somalia, Etienne Peterschmitt, comenta que los programas de radio forman parte de la estrategia de desarrollo de capacidades de la FAO en el país. “A través de la radio, logramos superar los problemas de acceso planteados por las restricciones del COVID-19 y llevamos a cabo una extensión a distancia para hacer frente a las amenazas causadas por el cambio climático”, explica Peterschmitt.

La radio es el futuro

Mientras las Naciones Unidas celebran el Día Mundial de la Radio el 13 de febrero, la FAO se propone ampliar y regularizar estos programas radiofónicos para que los oyentes aprendan a confiar en esta información continua, familiar y fidedigna.

La esperanza es que los ministerios y los servicios de extensión agrícola asuman también plenamente el valor de la programación radiofónica para promover los servicios de comunicación rural e institucionalicen este tipo de comunicación.