México (AFP) – Miles de personas recordaron este miércoles con una marcha en Ciudad de México, la Masacre de Tlatelolco, una protesta estudiantil que fue violentamente reprimida por el gobierno federal mexicano el 2 de octubre de 1968, en la que se estima murieron centenares de personas.

Los manifestantes portaron pancartas que decían «Justicia para el pueblo» y «No conmemoramos nada, tenemos mucho por lo que protestar».

Otras pancartas exhibidas en el acto rezaban «51 años de impunidad».

«La verdad es importante para la no repetición de hechos tan violentos», dijo durante la marcha Félix Hernández, sobreviviente de esa masacre.

Hernández exigió que se abran archivos del Estado para conocer «quiénes fueron los que dieron la orden y quiénes participaron». «Saben cuántos murieron y cuántos de los 2.000 detenidos fueron desaparecidos», dijo.

El 2 de octubre de 1968, estudiantes que se manifestaban desde julio de ese año, en el marco de un movimiento nacional, realizaron en el céntrico barrio de Tlatelolco un mitin que acabó violentamente reprimido por militares y civiles armados.

El balance oficial entonces fue de 30 personas fallecidas, aunque se estima que fueron muchísimos más.

Por ello, cada 2 de octubre miles de personas protestan en las calles en conmemoración de la masacre, que ocurrió durante el gobierno del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), fuerza que gobernó durante 70 años consecutivos -entre 1930 y 2000-.

«Esta marcha cada año suma más manifestantes a la par de la impunidad; marchamos hijos de víctimas del 2 de octubre, de familiares de desaparecidos, de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, de mujeres asesinadas, hasta de policías emboscados en la guerra contra el narco», dijo Aurora Solís, estudiante de medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

«Esta marcha es un grito de exigencia de justicia», agregó.

La protesta estuvo custodiada por hileras de empleados del gobierno de la Ciudad de México, que vestían playeras blancas con la leyenda «2 de octubre no se olvida» y «Cinturón de Paz».

Además, cerca de Palacio Nacional, la sede del Ejecutivo, se apostaron policías antimotines, constató la AFP.

Decenas de locales de la ciudad fueron cerrados ante posibles actos vandálicos mientras que vallas metálicas fueron colocadas frente a varios edificios capitalinos en el área por donde circulaba la marcha.

Sin embargo, la policía debió dispersar a algunos manifestantes que rompieron cristales de locales comerciales y pintaron edificios públicos, además de encender gasolina en el suelo.