Tijuana (México) (AFP) – Con banderas estadounidenses que ondeaban jubilosos, activistas y migrantes festejaron este sábado en la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana el triunfo de Joe Biden como nuevo presidente de Estados Unidos, esperanzados en que revierta las agresivas políticas migratorias de Donald Trump.

«Celebramos el triunfo de Biden y la salida de Donald Trump», dijo el pastor Gustavo Banda, director del albergue Iglesia Embajadores de Jesús en Tijuana, vecina de la estadounidense San Diego, en el estado mexicano de Baja California (noroeste).

En Ciudad Juárez, limítrofe con Texas y Nuevo México y unos 1.200 kms al este de Tijuana, directores de albergues y extranjeros indocumentados se congratularon por la victoria del demócrata.

Acompañado de adolescentes de Haití y Centroamérica, Banda se apostó a un costado de uno de los carriles donde diariamente cruzan de Tijuana a San Diego, California, miles de ciudadanos o residentes legales en Estados Unidos.

Los simpatizantes de Biden ondeaban las banderas estadounidenses y algunos automovilistas se sumaron al festejo haciendo sonar sus cláxones .

Una joven activista tomó la bandera, la enrolló, la ató en su muñeca derecha y luego empuñó su mano levantándola en el cruce fronterizo.

«Estamos con la esperanza de que en esta nueva presidencia se respeten verdaderamente los derechos humanos», expresó Banda, cuya iglesia arropó a cientos de migrantes haitianos que llegaron a Tijuana en 2017.

El pastor confía en que con Biden «se deje de separar a las familias (que ingresan de forma irregular a Estados Unidos) y que los niños ya no sean enjaulados» en estaciones migratorias estadounidenses.

«Y que los migrantes que están en nuestra ciudad con expectativas, ahora sí cumplan su mejoría de vida que esperan al llegar a los Estados Unidos», concluyó Banda bajo una pertinaz lluvia.

En un intento por frenar la masiva llegada de familias centroamericanas a la frontera, el gobierno de Trump permitió separar a niños de sus padres.

Esta práctica comenzó en 2017 como un proyecto piloto y fue anunciado en mayo de 2018 como una política de «tolerancia cero» frente a la inmigración irregular. El propio presidente firmó poco después una orden ejecutiva para detener la separación de familias.

«Quería que ganara Biden» –

En Ciudad Juárez, Pedro Ruiz, un migrante cubano, expresó su alegría a la AFP.

«Yo quería que ganara Biden porque fue claro en decir que va a restaurar todo el sistema de asilo», dijo, por teléfono, el cubano de 51 años.

Ruiz salió de su país hace cuatro años «por represiones políticas» y permanece desde hace 19 meses en el albergue El Buen Samaritano de Ciudad Juárez.

Cientos de migrantes que residen en los 16 albergues de la ciudad se enteraron del resultado de las elecciones por la televisión o mediante sus teléfonos celulares.

Muchos de ellos permanecen aislados desde marzo en dichas residencias debido a la pandemia del nuevo coronavirus, explicaron sus directivos.

En enero de 2019, México y Washington sellaron los Protocolos de Protección del Migrante, donde se estipula que los demandantes de asilo deben esperar en México el trámite de sus solicitudes en Estados Unidos.

Aunque la migración irregular, principalmente desde Centroamérica, es un problema de hace variás décadas, escaló desde finales de 2018 cuando miles de personas decidieron marchar en caravanas hacia territorio estadounidense.

El éxodo, que responde a la pobreza y a la violencia que muchos centroamericanos sufren en sus países, forzó a México a endurecer sus controles fronterizos bajo amenaza de sanciones comerciales de Washington.

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