Managua (Nicaragua).- El gobierno de Daniel Ortega liberó a 222 presos políticos y los deportó a Estados Unidos tras despojarlos de su nacionalidad nicaragüense. 

La deportación de los presos políticos fue anunciada por el magistrado del Tribunal de Apelaciones de Managua, Octavio Ernesto Rothschuh en una conferencia de prensa.

“Se ordena la deportacion inmediata, y ya efectiva, de 222 personas sentenciadas por cometer actos que menoscaban la independencia, la soberania, la autodeterminacion del pueblo por incitar a la violencia, al terrorismo y a la desestibilzacion economica pero,a demas, por lesionar los intereses supremos de la nacion”, dijo Rothschuh.

Rothschuh agregó que los deportados fueron declarados traidores a la patria e inhabilitados para ejercer cargos públicos o de elección popular, “quedando suspendidos sus derechos ciudadanos de forma perpetua”.

El magistrado señaló que las personas liberadas ya se encontraban en Estados Unidos al momento de realizarse la conferencia de prensa.

Traslado a Estados Unidos

De acuerdo con un comunicado del Departamento de Estado, el gobierno estadounidense “facilitó su transporte seguro  hasta el Aeropuerto Internacional de Dulles”. 

“Estados Unidos recibe hoy a 222 personas que han sido encarceladas por el Gobierno de Nicaragua por ejercer sus libertades fundamentales y han soportado largas e injustas detenciones”, señalaba el comunicado.

Los deportados fueron recibidos por familiares y amigos en el Aeropuerto Dulles, en Washington D.C. El grupo incluye líderes políticos y empresariales, periodistas, representantes de la sociedad civil y estudiantes. 

Entre las 222 personas liberadas se encuentran los hermanos Juan Sebastian y Cristina Chamorro Barrios, hijos del director del periódico Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, asesinado en 1978, y Violeta Barrios de Chamorro, quien asumió la presidencia de Nicaragua en 1990.  

También fueron incluidos el exaspirante a la presidencia de Nicaragua, Felix Madariaga y Lesther Aleman, dirigente estudiantil que había retado a Ortega a renunciar al gobierno. Aleman había sido condenado en febrero de 2022 a una sentencia que no se dio a conocer.

“Cuando la oscuridad de una celda es insoportable para el alma humano,  uno siente que hay un rayo de luz que entra por la rendija más inimaginable y ese rayo de luz es el amor inmenso por Nicaragua”, dijo Madariaga al llegar a Estados Unidos. “¡Porque somos y seremos nicaragüenses siempre!”

Líderes políticos de América Latina se manifestaron en relación con el despojo de los ciudadanos de los deportados. 

“Aunque me alegro por la liberación de los presos políticos nicaragüenses, opino que despojarlos de su nacionalidad es una bajeza que no tiene nombre”, dijo Andrés Pastrana, expresidente de Colombia (1998-2002). “Solo un dictador como Daniel Ortega es capaz de tanta maldad”.

La Organización de Estados Americanos (OEA) se manifestó también por los presos que quedaron en Nicaragua y el régimen de terror en el que viven.

“En Nicaragua todavía hay personas encarceladas y torturadas por pensar diferente, todavía hay personas que viven a diario con el temor de ser detenidas, juzgadas y sentenciadas sin ninguna garantía legal ni procesal”, señala un comunicado de la OEA. 

“El régimen de Nicaragua sigue ajeno a los principios de la democracia y el respeto a los derechos humanos, y debemos seguir denunciando sus abusos”.

Uno de los presos que permaneció en Nicaragua fue  Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa, quien al parecer se resistió al destierro y decidió quedarse en el país.

“Es un crimen lo que hace la dictadura de Nicaragua contra mi hermano obispo, Mons. Rolando J. Álvarez. Ultrajándolo se condenan a sí mismos”, dijo Silvio José Báez, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, en un mensaje de Twitter. 

¡Rolando, no estás solo! Estamos contigo, rezamos por ti y exigimos tu libertad. Contigo está Dios, quien no abandona a sus profetas.

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