Nairobi (Kenia).- Las remesas y las inversiones de la diáspora son fundamentales para impulsar la agricultura y el desarrollo rural, según Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).

“Paradójicamente, sacar el máximo partido de las remesas y las inversiones de la diáspora puede evitar que más personas se vean en la necesidad de migrar”, dijo Lario durante la sesión de apertura del Foro Mundial sobre Remesas, Inversión y Desarrollo celebrada recientemente en Nairobi (Kenia). 

“Estos recursos contribuyen en gran medida al bienestar de millones de personas. 

Según cifras de la FIDA, 200 millones de trabajadores migrantes enviaron $647.000 millones a más de 800 millones de familiares en países de ingreso bajo y mediano en 2022. 

Estos envíos se realizan mediante pequeñas transferencias con un valor medio de 200 dólares y una periodicidad de entre 10 y 12 veces al año.

“Los envíos diarios de remesas a países de ingreso bajo y mediano ascienden a casi USD 1 800 millones de los Estados Unidos, lo que fomenta las oportunidades de desarrollo”, dijo Larios. 

“La mitad de ese monto, $900 millones, contribuye a impulsar la agricultura y el desarrollo rural”.

El dinero que los migrantes envían para cubrir las necesidades básicas permite que las familias:

  • luchen contra la pobreza; 
  • lleven alimentos al hogar; 
  • cubran los gastos relacionados con la salud y la educación; y 
  • mejoren sus viviendas e instalaciones de agua y saneamiento.

Un informe del Banco Mundial, publicado en noviembre de 2022, reveló que los flujos de remesas crecieron un 9,3 % en América Latina y el Caribe, un 3,5 % en Asia meridional, un 2,5 % en Oriente Medio y Norte de África y un 0,7 % en Asia oriental y el Pacífico

Se calcula que los receptores de las remesas ahorran o invierten un 25% del dinero que reciben. Una tercera parte de esos ahorros se destina a inversiones relacionadas con la agricultura, según la FIDA. 

“Tenemos que cambiar nuestra percepción y reconocer que los trabajadores migrantes y las inversiones de la diáspora representan una contribución esencial al desarrollo, en especial en lo que se refiere a la adaptación al clima”, dijo Lario.

Lario resalta la importancia de aprovechar las posibilidades que ofrecen estos flujos financieros para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La Agenda para el Desarrollo Sostenible fue establecida por las Naciones Unidas en 2015 como un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo. 

Las Naciones Unidas espera que este plan para alcanzar los objetivos se cumpla en 15 años.

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