Brasilia (AFP) – El polémico Ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, dimitió este miércoles presionado por una investigación sobre su presunta implicación en un esquema de exportación ilegal de madera a Estados Unidos y Europa.

«Presenté al señor presidente (Jair Bolsonaro) mi pedido de dimisión, que fue aceptado», anunció en Brasilia Salles, uno de los ministros más cuestionados, sobre todo por el aumento de la deforestación en la Amazonía brasileña y el desmonte de los programas de protección ambiental.

Salles, de 46 años, informó también que será sustituido por el secretario Joaquim Alvaro Pereira Leite, de la Secretaría de la Amazonía y Servicios Ambientales del Ministerio de Medio Ambiente, un exconsejero de una organización que representa al sector del agronegocio.

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El ya exministro llevaba varias semanas bajo presión y rumores de dimisión, sobre todo después de finales de mayo, cuando un juez del Supremo Tribunal ordenó investigarlo por su presunta implicación en un esquema de exportación ilegal de madera a Estados Unidos y Europa, algo que él siempre ha negado.

Ese día la Policía Federal allanó el ministerio en Brasilia tras identificar un «grave esquema criminal de carácter trasnacional» en el cual estarían «implicadas autoridades (…), entre ellas Salles».

También es objeto de otra investigación en la alta corte por supuestamente obstruir una investigación sobre el mayor decomiso de madera ilegal en Brasil.

Pese a todo, seguía contando con el respaldo público de Bolsonaro, quien tras la apertura de esa investigación dijo que era un «ministro excepcional», pero que tenía obstáculos para desarrollar su labor por culpa de algunos sectores «interesados» de la Fiscalía y de los «chiítas ambientales», como suele definir a las agencias estatales de control ambiental, como ICMbio e Ibama.

Durante su anuncio, Salles defendió que durante su gestión buscó el equilibrio entre la sostenibilidad y «el respeto al agronegocio, a los empresarios de todos los sectores, la minería, el inmobiliario».

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«Ya vas tarde» –

El gobierno de Bolsonaro, y en particular Salles, son acusados por indígenas, académicos y organizaciones ambientalistas nacionales e internacionales de haber favorecido el repunte de la deforestación, reduciendo los recursos de los organismos de control y preconizando la apertura de la región amazónica a actividades agropecuarias y mineras.

Salles también era visto con malos ojos por sectores del agronegocio, por considerar que su política ambiental daña la imagen internacional de Brasil, una potencia agropexportadora.

El anuncio fue muy celebrado por las organizaciones ambientalistas, que desde que este exsecretario de Ambiente del gobierno de Sao Paulo asumió su cargo de la mano de Bolsonaro en enero de 2019 no dejaron de pedir su renuncia.

Especialmente desde que en el primer año de gestión, la destrucción de la mayor selva tropical del planeta, vital para frenar el cambio climático, aumentó en un 85%, destruyendo un área más grande que Puerto Rico, según datos del gobierno.

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En mayo, aumentó un 41% en relación al mismo mes de 2020, unos datos que ponen en duda el compromiso asumido por Bolsonaro ante la comunidad internacional de eliminar la deforestación ilegal en Brasil hasta 2030.

«Para imprimir, pegar y gritar bien alto en las calles: «Cayó!», escribió en twitter la ONG Observatorio del Clima.

Un «aliado» del agronegocio

Tras su dimisión, el gobierno difundió un perfil del nuevo ministro, formado en administración de empresas y quien antes de ingresar en el gobierno fue consejero de la Sociedad Rural Brasileña, una de las organizaciones que representan al sector agropecuario del país.

También fue propietario de una empresa de café.

Por su parte, Greenpeace dijo en un comunicado que «cambiar al ministro no garantiza que el gobierno de Bolsonaro cambiará su proyecto ambiental nefasto y que viene siendo implementado con dolo».

La organización ambientalista agregó que el nuevo ministro «es un subordinado de Salles y aliado a los intereses del agronegocio».

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Greenpeace también señaló que, al mismo tiempo que Salles anunció su renuncia, una comisión parlamentaria aprobó «sin debate y apresuradamente» un proyecto de ley muy polémico que cambia las reglas existentes para la demarcación de tierras indígenas.

El martes, enfrentamientos entre policías nativos que se manifestaban frente al Congreso en Brasilia dejaron varias personas heridas.

El proyecto de ley aún debe ser votado en el plenario antes de pasar al Senado para su adopción.

En abril del año pasado, Salles tuvo uno de sus capítulo más polémicos, cuando fue filmado diciendo en una reunión del gabinete con Bolsonaro que el gobierno debía aprovechar la atención mundial centrada en la pandemia para legalizar actividades agropecuarias y extractivas en áreas protegidas.

«Tenemos la posibilidad de aprovechar este momento en que la atención de la prensa está volcada casi exclusivamente en el covid (…) para ir modificando todo el reglamento y simplificando normas» en ese campo, dijo Salles, causando indignación.

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