Cleveland (Ohio).- Según un estudio publicado el año pasado, el cáncer de cuello uterino en etapa tardía parece estar en aumento.
Robert DeBernardo, jefe de sección de oncología ginecológica de la Clínica Cleveland, dijo que eso podría deberse en parte a la pandemia y al cambio en las pautas para las pruebas de Papanicolaou.
Antes, a las mujeres se les decía que se las hicieran anualmente. Ahora, es cada tres años y, en algunos casos, cada cinco años.
“Es un poco difícil contar de tres en tres. Y es muy fácil perder la noción de cuándo fue su prueba de Papanicolaou y nuestras pautas son tales que si se hace de una manera, es un protocolo de detección ligeramente diferente”, dijo el Dr. DeBernardo.
“Creo que ese puede ser uno de los problemas que ha llevado a la identificación del cáncer de cuello uterino más avanzado que estamos viendo en los Estados Unidos”.
Para aquellos que no están familiarizados, el cáncer de cuello uterino es el cáncer de las células del cuello uterino, que es la parte inferior del útero de una mujer.
Las primeras etapas del cáncer de cuello uterino generalmente no presentan síntomas y pueden ser difíciles de detectar, lo que hace que la necesidad de pruebas de Papanicolaou de rutina sea muy importante.
La prueba puede ayudar a identificar cualquier célula anormal.
Sin embargo, cuando se presentan síntomas, pueden incluir sangrado después del sexo, dolor pélvico y flujo vaginal que contiene sangre.
El Dr. DeBernardo dijo que el cáncer de cuello uterino se puede prevenir y, a menudo, es el resultado del virus HPV, una infección de transmisión sexual.
Probar eso es igualmente importante. Lo mismo ocurre con la vacuna contra el HPV.
Tanto hombres como mujeres entre las edades de 11 y 45 años son elegibles para obtenerlo.
“Desarrollamos una vacuna hace años, hay varias en el mercado, son extremadamente efectivas para prevenir el cáncer”, dijo el Dr. DeBernardo. “En Australia, donde la aceptación de las vacunas es alta, se observa una disminución en la cantidad de cáncer de cuello uterino. en ese país.”
Según los CDC, cada año se diagnostican aproximadamente 13.000 nuevos casos en los Estados Unidos, además de 4.000 muertes.
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