Masaya (Nicaragua) (AFP) – Con agentes de policía rodeando la parroquia, los católicos nicaragüenses festejaron el viernes a San Jerónimo, el patrono de la sureña ciudad de Masaya, sin salir a las calles debido a la prohibición de realizar procesiones religiosas en el país.

«Estamos bastante consternados, pero hay que ser pacientes, si Dios quiere el próximo año salimos» con el santo a las calles, afirmó a la AFP el devoto Harold Muñoz, quien llegó con su familia a pedir por la salud de su hija a quien le extirparon unos ganglios en el cuello.

San Jerónimo, considerado el santo que cura a los enfermos, fue homenajeado este año con una misa, bailes y cantos religiosos dentro de la iglesia que lleva su nombre en Masaya, 30 km al sur de Managua, luego de que la policía informó el 19 de septiembre que las procesiones religiosas no serán permitidas en esta ciudad por razones de «seguridad pública».

Según denuncias hechas en redes sociales, la prohibición se extendió a otras ciudades, en medio de las crecientes tensiones que existen entre el gobierno de Daniel Ortega y la Iglesia católica desde las protestas que pidieron la dimisión del mandatario en 2018.

Ese año, varios templos dieron refugio a manifestantes heridos o que huían de la represión.

Ortega, quien ha atribuido las protestas a un supuesto fallido golpe de Estado de la oposición, en el cual aduce que también participaron los obispos, arremetió el lunes contra la Iglesia católica, a la que acusó de «golpista» y de ser una «dictadura perfecta» sin autoridad para hablar de «democracia».

Las tensiones se expresaron este viernes con la numerosa presencia policial observada por la AFP en torno a la iglesia San Jerónimo, como retenes que los oficiales colocaron con sus patrullas en las cuadras adyacentes para impedir el paso de vehículos y bicicletas.

Muchos católicos, que en estas fechas acostumbran a celebrar a su patrono con mucho jubilo, se limitaron esta vez a ver de lejos a su santo, y otros entraron para asistir a la misa y pagar sus promesas encendiendo velas frente a la imagen.

San Jerónimo «ha intercedido por nosotros, especialmente por Nicaragua«, por eso «venimos a bailar, a cantar, a alabar a Dios por amor a Jesucristo», dijo Martha Suárez.

Al menos siete religiosos han sido detenidos por la policía desde agosto, entre ellos el obispo Rolando Álvarez del norteño departamento de Matagalpa, crítico del gobierno, quien permanece bajo arresto domiciliario.

El obispo es investigado por incitar «al odio» para desestabilizar el país.

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