Brasilia (AFP) – «Aquí no hay censura», asegura la bolsonarista @mara, una de los millones de brasileños que se unieron a la plataforma Telegram, clave en la estrategia electoral del presidente Jair Bolsonaro y que está bajo la lupa de la justicia por no colaborar contra la desinformación.

En esta plataforma de mensajería cifrada «puedes expresar tu opinión libremente. El cerco a Telegram es RI-DI-CU-LO, eso es DICTADURA», explica a la AFP esta profesora de 60 años en un mensaje por este canal fundado por el ruso Pavel Durov y con sede en Dubái.

Tras ver borradas algunas de sus publicaciones en Youtube, Twitter y Facebook, el mandatario ultraderechista, que tiene 45 millones de seguidores acumulados en redes sociales y varias investigaciones abiertas por difusión de falsas informaciones, está concentrando a su militancia digital en Telegram, una plataforma que encaja a la perfección con su defensa de una libertad de expresión ilimitada.

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Y se ha hecho fuerte. Ya tiene más de un millón de seguidores, y numerosos canales, como "Bolsonaro Reeleito 2022", con miles de acérrimos fieles. Una presencia muy superior a los 47.000 del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, su probable rival en las elecciones de octubre.

Telegram, instalado ya en el 53% de los celulares brasileños, no colabora con las autoridades. En su página web, se jacta de "garantizar que ningún gobierno o bloque de países con ideas afines pueda invadir la privacidad y la libertad de expresión de las personas", y ha sido objeto de prohibición o medidas restrictivas en varios países, como India y Rusia.

Al revés de otras aplicaciones, permite grupos de hasta 200.000 personas, canales sin límite de usuarios y prácticamente no modera los contenidos, con lo que el potencial para que un contenido se torne viral es infinito.

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Además, tiene chats secretos y los mensajes se pueden autodestruir.

"Una cobardía"

Decidido a evitar que las informaciones falsas vuelvan a tener peso como en 2018, el Tribunal Superior Electoral (TSE) lleva meses intentando contactar a Telegram, que no tiene sede en Brasil, para que coopere "en el combate a la desinformación" durante las elecciones, como se han comprometido Twitter, TikTok, Facebook, WhatsApp, Google, Instagram, YouTube y Kwai.

En un oficio enviado a Dubái en diciembre, el entonces presidente del TSE, el juez Luis Roberto Barroso, afirmó que "por medio de Telegram muchas teorías de la conspiración e informaciones falsas" sobre las elecciones se diseminan "sin ningún control".

Al no recibir respuesta, Barroso, que el viernes pasó el testigo al juez Edson Fachin al frente del tribunal, dijo varias veces que la plataforma "debería ser simplemente suspendida" en Brasil.

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Antes de tomar una decisión, el TSE está esperando alguna medida por parte del Congreso: que apruebe por ejemplo el llamado "proyecto de ley de las fake news", que exige que todas las plataformas tengan representación en Brasil para operar.

Preguntado por una seguidora sobre "el cerco a Telegram", Bolsonaro respondió: "Es una cobardía lo que quieren hacer con Brasil".

La plataforma también es objeto de investigaciones en la fiscalía en casos de falsas informaciones y discurso de odio.

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"Está diseñado para escapar de la justicia. Los mensajes quedan distribuidos en varios servidores, cada uno en una jurisdicción. Si alguien quiere información, tendrá que tener órdenes legales de cada uno de esos países donde los pedazos de información están distribuidos", explicó a la AFP Pablo Ortellado, coordinador del Monitor de Debate Político en el Medio Digital.

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El pulso con Telegram se da en un clima de polarización de cara a las elecciones de octubre, que muy probablemente serán un duro choque entre Bolsonaro y Lula, favorito en los sondeos.

Los frecuentes cuestionamientos de Bolsonaro a la fiabilidad del voto electrónico y frases suyas como que las elecciones solo pueden terminar para él en "prisión, muerte o victoria" alimentan temores de que el mandatario no reconozca una eventual derrota.

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Y que intente emular a su ídolo político, el expresidente estadounidense Donald Trump, al que muchos acusan de incitar, vía redes sociales, las protestas que terminaron en la violenta invasión del Capitolio en Washington en enero de 2021.

"El temor referente a Telegram reside en que no se consiga imponer la legislación electoral brasileña y que, consecuentemente, las alegaciones falsas de fraude no pueden ser reguladas, contenidas", agregó Ortellado.

Por si bloquean Telegram, @mara ya se ha inscrito en otras aplicaciones "sin censura", como "Truth Social", la red social de Trump que empezó a funcionar este lunes.

"Nunca desistiremos", asegura.

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