Madrid (España).- El Instituto Cervantes ha incorporado a su emblemática Caja de las Letras un legado excepcional en homenaje a Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, autor del Libro de buen amor, considerada la obra literaria más relevante del siglo XIV en lengua castellana.
El acto simbólico reunió a destacadas personalidades como el director del Instituto, Luis García Montero; el alcalde de Hita, Ignacio Ayuso, y el director de la revista Archiletras, Arsenio Escolar, quienes destacaron el valor literario, histórico y cultural de este clásico medieval.
El legado incluye piezas de incalculable valor bibliográfico, entre ellas dos ediciones facsímiles del Libro de buen amor. La primera es una reproducción del manuscrito original de 1389, conocido como códice Gayoso y propiedad de la Real Academia Española.
La segunda, publicada por Edilán, es una edición completa del códice de Salamanca, encuadernada en piel a mano en dos volúmenes que reflejan el cuidado editorial de esta joya literaria. Además, se depositó una edición limitada y numerada en conmemoración del centenario de la editorial Espasa-Calpe. Esta edición incluye una reproducción del códice Vª-6-1, llamado de Toledo, conservado en la Biblioteca Nacional de España y presentado en un estuche de colección.
Luis García Montero subrayó la vigencia del Libro de buen amor y su riqueza estilística, destacando sus más de 1.700 estrofas como una invitación al pensamiento crítico, la sonrisa y el diálogo con los clásicos.
Según explicó, «conocer la memoria es reflexionar sobre el futuro», y por ello defendió la libertad de interpretación de esta obra, que permite lecturas tanto tradicionales como actuales. Afirmó que la obra «reconoce el valor de la parodia, el de la sonrisa y el diálogo con textos de la tradición clásica» y recordó que «las apariencias rebeldes a veces son más partidarias del pasado que del futuro».
Por su parte, Arsenio Escolar, director de Archiletras, aportó una edición de la revista publicada en verano de 2005, dedicada a los enigmas históricos y literarios que rodean al Arcipreste de Hita. Recordó que el Libro de buen amor ha suscitado debates durante siglos, desde el lugar de nacimiento de su autor hasta el origen de sus fuentes, orientales u occidentales, así como el carácter devoto o irreverente de su contenido.
«Es maravilloso que un libro de hace 700 años siga interpelando y conmoviendo así», expresó.
Desde la localidad de Hita, cuna literaria del Arcipreste, también llegó un singular aporte simbólico: un cofre con tierra del solar de la Iglesia de Santa María, donde Juan Ruiz ejerció su oficio religioso. El alcalde Ignacio Ayuso señaló que este gesto sirve para «mantener el vínculo» con quien llamó «un gran poeta», autor de una obra que calificó de «cumbre» en la literatura española. Hizo alusión a personajes como Don Melón y Doña Endrina, ya consolidados en el imaginario literario.
El legado se completa con una cuidada selección de ediciones del Libro de buen amor, entre ellas la edición del reconocido filólogo Alberto Blecua, publicada por Cátedra, y otra de la Universidad de Valladolid bajo el título Textos y contextos, con estudios de varios autores. También figura una edición de 1983, publicada por Amigos del Círculo del Bibliófilo, en encuadernación rústica.
La Caja de las Letras también custodiará la obra Transcripción y contorno histórico y actual de Hita y del Buen amor, compuesta por tres volúmenes que contextualizan la importancia del autor y su obra en el marco de la historia local y literaria. Junto a ella, se ha incluido el primer número de la Revista de Literatura Medieval, publicado en 1989 y dedicado íntegramente al Libro de buen amor, bajo el título «Clerezía en el Libro de buen amor».
Con este homenaje, el Instituto Cervantes no solo rinde tributo a una figura esencial de la literatura castellana medieval, sino que preserva un legado vivo, abierto al estudio, la reinterpretación y la divulgación.
El Libro de buen amor no solo ofrece una mirada crítica sobre los valores, costumbres y moral del siglo XIV, sino que también plantea preguntas esenciales para el presente. Su capacidad de diálogo con la actualidad lo convierte en una obra atemporal, que sigue emocionando, provocando y haciendo reflexionar a lectores de todas las épocas.