Roma (Italia).- Hace un día precioso. Sale a la calle. Escucha el susurro de las hojas y siente la suave caricia del viento sobre su piel. Está rodeado de naturaleza y los árboles hacen notar su presencia.
Son altos, discretos y a menudo pasan desapercibidos. Pero están ahí. Más que un bonito telón de fondo, los árboles y los bosques desempeñan un papel crucial en la existencia cotidiana del ser humano.
Y no son solo árboles actuando en solitario. En lo más profundo de los bosques hay un intrincado ecosistema de plantas, hongos, insectos y animales que interactúan y desempeñan funciones fundamentales para la vida de todos. Todos ellos trabajan calladamente entre bastidores para garantizar que los seres vivos tengamos agua dulce que beber, aire que respirar y alimentos que comer.
Los bosques cubren alrededor del 31 % de la superficie terrestre mundial, pero más de la mitad de los bosques del mundo se concentran en solo cinco países. Contienen una parte importante de la biodiversidad del planeta, ya que albergan alrededor del 80 % de las plantas y animales terrestres.
Son el socio silencioso —pero vital— que proporciona medios de vida y seguridad alimentaria a millones de personas. Los árboles cuidan de las personas todos los días, así que tómese un minuto para reflexionar: si los árboles tuvieran voz, ¿qué dirían?
1. “Proporcionamos alimentos nutritivos”
Los productos forestales como la fruta, los frutos secos, los insectos y la carne de caza suministran energía esencial, proteínas, carbohidratos y vitaminas, y son una parte fundamental de la dieta, sobre todo para las poblaciones rurales expuestas a la inseguridad alimentaria.
Para algunas comunidades de las cuencas del Congo y del Amazonas, el consumo de carne de caza cubre por sí solo entre el 60 % y el 80 % de sus necesidades diarias de proteínas.
En todo el mundo, casi 1 000 millones de personas dependen para su alimentación de la recolección de alimentos silvestres como hierbas, frutas, frutos secos, carne e insectos.
2. “Ofrecemos medios de vida”
Se calcula que unos 33 millones de personas (el 1 % del empleo a nivel mundial) trabajan directamente en el sector forestal formal e informal. Además, aproximadamente entre 3 500 y 5 760 millones de personas utilizan productos forestales no madereros para uso personal o para apoyar sus medios de vida. Ya sea madera para viviendas y muebles, productos de cuidado personal, aromáticos o medicinas, los árboles aportan algo.
Como farmacia de la naturaleza, los bosques también ofrecen medicinas para tratar una amplia gama de dolencias. Alrededor de 50 000 especies de plantas —muchas de las cuales crecen en los bosques— tienen propiedades medicinales. Muchos fármacos comunes proceden de plantas de los bosques, como los medicamentos contra el cáncer derivados de la flor de príncipe de Madagascar y el medicamento contra la malaria, la quinina, procedente del árbol de la quina.
3. “Combatimos el cambio climático”
Los bosques ofrecen protección. Los árboles pueden paliar los efectos del cambio climático y reducir las emisiones mundiales de carbono.
Los bosques son capaces de mitigar el calor y los fenómenos meteorológicos extremos. Contienen 662 000 millones de toneladas de carbono, manteniéndolo alejado de la atmósfera. Sin embargo, la deforestación, la degradación de los bosques y el cambio de uso del suelo son responsables de alrededor del 11 % de las emisiones mundiales de CO2 cada año. Detener la deforestación y aumentar la cubierta forestal puede ser una forma rentable de ayudar a combatir el cambio climático.
Además, en las ciudades, la colocación adecuada de árboles alrededor de los edificios puede enfriar el aire circundante y reducir las necesidades de aire acondicionado hasta en un 30 %, con el consiguiente ahorro de energía.
4. “Proporcionamos energía y cobijo”
Los árboles aportan a la población una fuente de energía vital para cocinar alimentos y calentarse. A menudo un aspecto de la seguridad alimentaria que se pasa por alto, la leña es vital para unos 2 400 millones de personas que utilizan este recurso para cocinar además de como fuente de calefacción.
Los bosques también proporcionan refugio y vivienda a personas de todo el mundo. La madera procedente de bosques gestionados de forma sostenible es un material renovable que contribuye a un planeta resiliente, almacena carbono durante toda su vida útil y presenta una alternativa viable a otros materiales que suponen un costo elevado para el medio ambiente. La madera es la mayor fuente de energía renovable, por delante de la energía solar, la hidroeléctrica y la eólica.
5. “Podemos fomentar el bienestar mental y físico”
Los árboles pueden servir como terapia. Pasar tiempo en espacios verdes aumenta las emociones positivas y disminuye el estrés, la depresión y la ansiedad. Para mejorar la salud mental, pase tiempo rodeado de árboles.
También pueden ser una fuente de recreación física. Los estudios han demostrado que la tasa de obesidad de los niños que viven en zonas con acceso a espacios verdes es menor que la de los que tienen acceso limitado o no lo tienen.
Los árboles de las ciudades también absorben los gases contaminantes del tráfico y filtran el polvo, la suciedad y el humo de los alrededores, protegiendo a las personas de enfermedades respiratorias.
En resumen, los bosques trabajan cada minuto a favor del planeta. Desde ofrecer alimentos y productos hasta cuidar del bienestar mental y físico de las personas, siempre están ahí para nosotros. Así que tenemos que asegurarnos de que nosotros también estamos ahí para ellos.
Porque si los árboles pudieran hablar, nos lo recordarían: “igual que ustedes dependen de nosotros, nosotros dependemos de ustedes”.
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