Durango (México).- La representación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Durango y el Centro Cultural y de Convenciones Bicentenario comparten un vínculo histórico único: ambos ocupan parte del antiguo Internado Juana Villalobos. 

Hoy, ese pasado cobra vida a través de la exposición permanente «Memoria y patrimonio: relatos del Internado Juana Villalobos», un recorrido visual que revela los diversos usos que ha tenido el inmueble desde su construcción. 

La muestra, instalada en uno de los tres espacios que conforman el edificio —específicamente en la Sala de Exposiciones—, se compone de 22 fotografías provenientes del acervo de la fototeca del Centro INAH Durango, abarcando el periodo de 1904 a 1948. 

Según detalló Adolfo Martínez Romero, encargado del área de Museos y Exposiciones del INAH estatal, el objetivo fue que las imágenes narraran la historia del lugar y de quienes lo habitaron, más allá de lo que las palabras pueden expresar.

Más de 100 años de historia del Internado Juana Villalobos en una exposición única
Con exposición fotográfica, el Centro INAH Durango cuenta la historia de sus instalaciones. Foto CINAH Durango

El edificio comenzó a construirse en 1899 con la intención de ser un hospital. Sin embargo, la falta de recursos interrumpió la obra en 1904. Poco después, en 1908, el gobierno estatal y empresarios locales decidieron destinarlo a la IV Feria Regional de Durango. Durante la Revolución Mexicana, entre 1910 y 1916, parte del inmueble funcionó como cuartel de infantería y caballería, reflejando así su capacidad de adaptación ante las necesidades de cada época. 

En 1937, el espacio acogió la escuela «Hijos del Ejército», destinada a la educación de los hijos de militares, y en 1940 se transformó en internado. Dos años más tarde, recibió oficialmente el nombre de «Juana Villalobos», en honor a una destacada profesora duranguense, y pasó a depender del gobierno estatal.

El internado operó hasta 1996, año en que el recién creado Instituto de Cultura del Estado de Durango y el Centro INAH Durango se instalaron en el histórico inmueble. Desde entonces, el edificio adquirió un carácter netamente cultural, consolidándose como un punto de encuentro con el patrimonio de la región. 

Martínez Romero subrayó que, aunque el número de fotografías de la muestra pueda parecer reducido, cada imagen está cargada de detalles que muestran con claridad la transformación del edificio y de la vida cotidiana en su interior.

Más de 100 años de historia del Internado Juana Villalobos en una exposición única
Con un acceso libre, el público puede conocer objetos de la cultura chalchihuites, asentada en el Valle de Guadiana en tiempos prehispánicos. Foto CINAH Durango

La fototeca del Centro INAH Durango, a cargo de Marcia Lazalde Nájera, ha desempeñado un papel clave en esta labor de rescate. Lazalde recordó que en 2010 el inmueble fue rehabilitado y se abrió la Sala de Exposiciones Temporales, que desde ahora lleva el nombre de Juana Villalobos en homenaje a la educadora. 

Aunque «Memoria y patrimonio» es una muestra permanente, se mantiene en constante evolución, pues sigue recibiendo donaciones de fotografías y testimonios que enriquecen el relato histórico.

Actualmente, la sala también alberga la exposición temporal «Rostros y raíces. Mujeres de Durango, a través de la fotografía (1890-1960)», compuesta por 54 imágenes de la Colección María Rosa Fiscal y del propio acervo de la fototeca. 

La selección, realizada por Lazalde, ofrece una mirada íntima a las actividades, espacios y expresiones de las mujeres de la época, en retratos tanto formales como artísticos. Las escenas incluyen reuniones, clases, paseos y momentos con hijos pequeños, todas sin presencia masculina, lo que permite apreciar la identidad femenina de manera directa y autónoma.

Más de 100 años de historia del Internado Juana Villalobos en una exposición única
La muestra temporal busca realzar la labor cotidiana de las mujeres, sus espacios y expresiones, a lo largo de la historia de la entidad. Foto CINAH Durango

Esta muestra permanecerá abierta hasta noviembre de 2025, fecha en que dará paso a una exposición conjunta con la Universidad Juárez del Estado de Durango para conmemorar el 70 aniversario de su Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías. La iniciativa no solo preserva la memoria visual del estado, sino que también refuerza la conexión de la comunidad con su historia.

Además de las exposiciones fotográficas, el Centro INAH Durango cuenta con una sala arqueológica dedicada a la cultura chalchihuites, que habitó el valle del Guadiana entre los años 600 y 1350 d.C. y que construyó el sitio arqueológico conocido como La Ferrería. Esta integración de fotografía, arqueología y memoria social convierte al inmueble del antiguo internado en un verdadero crisol de la identidad duranguense.

Con «Memoria y patrimonio», el INAH Durango no solo preserva imágenes, sino que reactiva la memoria colectiva, permitiendo que cada visitante se acerque a más de un siglo de historia en un mismo espacio. 

El antiguo Internado Juana Villalobos, testigo de transformaciones políticas, sociales y culturales, sigue escribiendo su historia, ahora como guardián del pasado y protagonista del presente cultural de Durango.