Londres (AFP) – En busca de un trabajo, una mano amiga o los sabores añorados de su país, los latinoamericanos de Londres suelen acudir a sus dos mercados latinos. Pero sus comerciantes temen ahora que una gentrificación impulsada por grandes proyectos inmobiliarios destruya esta comunidad.

«Cuando yo llegué acá, fui directamente a buscar ayuda a Seven Sisters, porque no sabía nada de inglés, quería trabajar y necesitaba ayuda», explica a la AFP la colombiana Ana Castro, de 38 años, que vive en Londres desde hace diez.

En el barrio obrero de Tottenham, en el noreste de Londres, el mercado de Seven Sisters, también conocido como Pueblito Paisa, ofrece desde arepas y empanadas hasta un corte de pelo o envíos de remesas.

Pero, sobre todo, es el lugar donde encontrar ayuda para trámites burocráticos o alguien con quien ir al médico si uno está solo en el país.

Un cartel cubierto de grafitis anuncia su lema: «Lo pequeño es hermoso». Pero el viejo edificio de ladrillo con grandes ventanales oxidados está en pésimo estado.

Muchos puestos no tienen agua corriente, lo que obliga a los arrendatarios, en su mayoría colombianos, a tomarla con cubos de los cafés vecinos, que exhiben menús garabateados en español.

Desde 2007 sucesivos planes de «regeneración» de la zona sufrieron diversos bloqueos, hasta que recientemente la expropiación de unos terrenos colindantes relanzó un proyecto consiste en demolerlo todo para construir 196 apartamentos y más de 3.500 m2 de espacio comercial.

Pero un grupo de vecinos y comerciantes, encabezados por la colombiana Victoria Álvarez, de 48 años, presentó un recurso ante la justicia denunciando que «se va a destruir el carácter comunitario del mercado».

– «Puro rascacielos» –

El promotor ofrece reubicar temporalmente todos los puestos en un edificio cercano, cuya elegante torre de apartamentos contrasta con las degradadas casas de los alrededores.

El objetivo es «construir un nuevo mercado sostenible a largo plazo, proveer nuevos hogares y espacios de negocios», afirma el concejal Joseph Ejiofor del distrito de Haringey, asegurando que los comerciantes podrán regresar con «alquileres reducidos».

Mercados latinos de Londres luchan por sobrevivir a la gentrificación
Uno de los mercados latinos de Londres, el 15 de junio de 2019
© AFP Daniel LEAL-OLIVAS

Pero Álvarez teme que después las rentas se disparen y los comercios latinos sean arrinconados por «locales de lujo y franquicias». «Bajo ese nombre de regeneración lo que hay es una gentrificación», asegura.

También el argentino Santiago Peluffo, de la asociación Latin Elephant, considera que «los promotores inmobiliarios apuntan a un modelo de negocios de grandes marcas».

Su asociación lleva cinco años defendiendo el viejo centro comercial de Elephant and Castle, una zona del sur de Londres con una importante comunidad latinoamericana.

Bajo los arcos de un viaducto de ferrocarril, sus restaurantes tienen rumba los fines de semana y clases de salsa. Muchos latinos vienen a ver los partidos de fútbol o en busca de anuncios de trabajo o habitaciones para alquilar salvando la barrera del idioma.

Pero la zona, situada a tres paradas de metro de la City, el corazón financiero de Londres, se vio transformada en los últimos años con la construcción de torres de apartamentos de lujo.

Tras años de vicisitudes, el ayuntamiento aprobó en enero los planes definitivos para demoler este destartalado centro, reubicar la mitad de su centenar de negocios y construir en su lugar 979 viviendas, o sea unas 5 o 6 torres de 40 plantas, tiendas y un cine.

«Te muestran un plano que parece Manhattan, es puro rascacielos», dice Peluffo.

El proyecto, sin embargo, está paralizado por el recurso judicial de un grupo de vecinos que denuncia el bajo número de viviendas sociales previstas, 116.

– «Diversidad cultural» –

Castro, que tiene una tienda de ropa en Elephant and Castle, es una de los poco comerciantes latinos que obtuvo la promesa de poder regresar al nuevo centro comercial cuando acaben las obras, pagando 40% y después 75% del valor de mercado.

Aún así, no sabe si se lo podrá permitir con su pequeño negocio y lamenta que se pierda la identidad latina del centro. «Esa es la tristeza», dice, pese a que Johnson Situ, concejal de desarrollo de la municipalidad de Southwark, afirma su compromiso con la «increíble diversidad cultural» de la zona.

Por su parte en Haringey, un grupo de concejales está investigando la actuación del consejo municipal «en respuesta a la preocupación expresada en 2017 por un relator de la ONU sobre posibles violaciones de los derechos culturales y de las minorías de los comerciantes del Pueblito Paisa».

«Por ser refugiado a veces sientes que no tienes ningún derecho», reconoce Victoria, desplazada hace 30 por el sangriento conflicto en su país. «Es un complejo psicológico que la comunidad que creamos aquí me ayudó a superar», afirma. Y se dice dispuesta a ac