Lima (AFP) – La tauromaquia volvió con todo su colorido en Perú, donde tras más de dos años de restricciones por la pandemia de covid-19 se reanudaron las corridas de toros con público en uno de los ruedos más antiguos del mundo: la plaza de Acho, en Lima.

Al muy castizo grito de «¡Olé, Olé!», miles de aficionados, entre hombres y mujeres, se congregaron en este templo de las corridas convocados por la Feria del Señor de los Milagros, una fiesta taurina que desde 1945 atrae a los mejores toreros del planeta.

Mientras eso sucedía dentro del ruedo, en calles aledañas a la plaza de Acho, en el distrito limeño del Rímac, un puñado de antitaurinos reanudaba también su prédica contra las corridas.

«Soy una asidua asistente de la plaza de Acho. Nos cautiva ver las corridas de toros, para nosotros es algo tradicional», dijo a la AFP Carmen Vílchez, de 60 años, quien lucía un sombrero con flores.

Junto con los sombreros, también reaparecieron las típicas botijas de vino taurinas y los cigarros habanos. En tanto, algunos espectadores grababan con sus celulares el ritual del matador desafiando al bravo animal.

Principales figuras –

En la primera corrida oficial, que tuvo lugar el domingo y duró unas tres horas, participaron el español Manuel Escribano, el venezolano Jesús Enrique Colombo y el peruano Fernando Roca Rey; cada torero y sus cuadrillas lidió con dos toros.

Colombo, vestido de rojo y dorado, tuvo la mejor faena de la jornada al cortar una oreja a «Dibujado», un animal de 493 kilos.

La Feria del Señor de los Milagros comprende tres corridas, entre el 30 de octubre y el 13 de noviembre.

El matador peruano Andrés Roca Rey, número uno de la tauromaquia mundial y hermano de Fernando, y el español Julián López ‘El Juli’, serán las principales figuras de la última corrida.

El torero que realice la mejor faena será premiado con el Escapulario de Oro, máxima distinción de la feria.

«Los toros (las corridas) es una tradición y parte de la cultura de nuestro país», declaró a la AFP David Amaya, de 49 años, que asistió con su esposa e hijo a la plaza.

La tortura no es arte –

Grupos de activistas de los colectivos «Acho sin toros» y «Perú Antitaurino» realizaron una representación teatral con siluetas de toros muertos y máscaras del animal hechas con cartón negro y de color.

La protesta, en el Paseo de Las Aguas, a 100 metros de la plaza de Acho, fue para expresar su rechazo contra el sufrimiento de los toros. Los manifestantes cargaban carteles donde se leía «La tortura no es arte», «¡Acho sin toros, ya!» y «La tauromaquia no es arte ni cultura».

«No vamos a parar hasta que esta tradición quede totalmente abolida», dijo a la AFP la activista Silvia Vásquez.

En 2020 y 2021 la feria se suspendió por las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia de covid-19.

Las corridas de toros -que culminan con la muerte del animal- llegaron a América con los conquistadores españoles en el siglo XVI y todavía cautivan a miles de peruanos de todas las clases sociales. El país tiene más plazas de toros que estadios de fútbol.

«Las corridas de toros son un espectáculo lleno de violencia que no tienen cabida en la sociedad moderna», manifestó a la AFP Carlo Ángeles, concejal de la Municipalidad de Lima.

La Plaza de Acho alberga hasta 14.000 espectadores y data de 1766, durante el virreinato español (1542-1821). Es la primera plaza de América y la segunda en el mundo detrás de la plaza de toros de Béjar, en España.

Perú tiene 199 plazas de toros, según cifras oficiales, muy por encima de sus 80 estadios de fútbol.

En febrero de 2020, el Tribunal Constitucional se negó a proscribir las corridas de toros y las peleas de gallos (muy populares también en el país), como pedían 5.286 ciudadanos en una demanda colectiva para eliminar el maltrato a los animales.

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