Filadelfia (Pensilvania).-  En un mundo donde la cultura y la historia a menudo cruzan fronteras de manera inadvertida o forzosa, la restitución de artefactos arqueológicos se convierte en un acto de justicia histórica y cultural. 

En una ceremonia llevada a cabo en el Consulado de México en Filadelfia, se celebró un evento significativo: la entrega-recepción de 22 valiosos monumentos arqueológicos que pronto regresarán a su tierra natal, México.

Este logro no habría sido posible sin la colaboración de múltiples actores. La familia Landau, coleccionista de estas piezas, desempeñó un papel crucial al decidir voluntariamente devolver 29 artefactos al Centro Cultural Mexicano (CCM) en Filadelfia. 

Su decisión surgió del reconocimiento de la importancia histórica y cultural de los objetos. Tras una evaluación de su autenticidad realizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con el apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México, se confirmó que 22 de las piezas eran auténticas reliquias de culturas mesoamericanas que florecieron entre los años 400 a.C. y 1521 d.C.

Carlos Obrador Garrido, cónsul de México en Filadelfia, resaltó la importancia de este evento. 

«Celebramos el retorno de estas 22 piezas que nunca debieron haber salido de México», comentó durante la ceremonia. El eco de su mensaje resonaba con un sentido de rectitud y responsabilidad histórica.

La presidenta del Consejo Directivo del CCM, Araceli Guenther, también compartió sus pensamientos.

 «Es un orgullo colaborar en esta iniciativa que subraya la importancia de restituir nuestro patrimonio arqueológico». Su declaración no solo refleja un compromiso con la cultura, sino también con la ética de cuidado y respeto hacia el legado histórico.

El evento también contó con la participación de la familia Landau. 

«Leonard Landau era un apasionado del arte mexicano», compartieron. «Después de su fallecimiento, consideramos correcto devolver estas piezas a México, facilitado por nuestra conexión con el Centro Cultural Mexicano».

Cada pieza cuenta una historia, encapsula un período y representa un enlace tangible con el pasado. Cinco de las piezas datan del período preclásico mesoamericano, 16 del Clásico, y una del Posclásico, abarcando más de dos milenios de historia y cultura.

Este evento no solo celebra la recuperación de artefactos valiosos, sino que también destaca los esfuerzos continuos de México, a través de sus embajadas y consulados, para preservar su patrimonio cultural. 

Las representaciones diplomáticas de México han recuperado una variedad de bienes culturales, desde bienes arqueológicos hasta manuscritos históricos, que ahora regresan a su lugar de origen para ser estudiados, conservados y admirados.