Irvine (California).- Un equipo internacional de científicos liderado por investigadores de la Universidad de California en Irvine (UC Irvine) ha descubierto una nueva clase de fármacos que podría transformar el tratamiento del melanoma y otras enfermedades relacionadas con la proliferación de vasos sanguíneos.

Los compuestos, desarrollados en colaboración con el Instituto Italiano de Tecnología, han demostrado bloquear la formación de vasos sanguíneos tanto en la piel como en tumores, un hallazgo que representa un avance significativo en la lucha contra el cáncer de piel más agresivo: el melanoma.

Según el estudio publicado en la revista iScience, los nuevos compuestos actúan interfiriendo con proteínas esenciales para la angiogénesis, el proceso biológico mediante el cual se forman nuevos vasos sanguíneos. 

Esta capacidad para frenar la vascularización ha sido durante años uno de los pilares en el tratamiento de diversos tipos de cáncer. Sin embargo, los medicamentos antiangiogénicos tradicionales han mostrado una eficacia limitada frente al melanoma. 

La innovación de este descubrimiento radica en su enfoque más selectivo y eficaz sobre las rutas moleculares que regulan el crecimiento vascular en la piel.

El equipo de UC Irvine, dirigido por el dermatólogo Anand Ganesan, se enfocó en compuestos diseñados para interrumpir dos interruptores moleculares clave en la ramificación de los vasos sanguíneos cutáneos: CDC42 y RhoJ.

Estos interruptores controlan señales que estimulan la creación de redes vasculares en los tejidos. A través de una serie de experimentos, los científicos comprobaron que inhibir el interruptor RhoJ, pero no CDC42, lograba frenar de manera efectiva la formación de nuevos vasos sanguíneos.

Los compuestos desarrollados, denominados inhibidores de la interacción CDC42-efector, funcionan bloqueando las señales generadas por RhoJ. «Lo importante es que este efecto antivascular no se limita a la piel. Esta clase de fármacos también bloqueó la vascularización en tumores de melanoma e inhibió su crecimiento», explicó Ganesan, quien además es profesor de dermatología y química biológica en UC Irvine.

Los hallazgos sugieren que los inhibidores de la interacción CDC42-efector podrían actuar como agentes antivascular específicos, con usos terapéuticos en oncología y en enfermedades de la piel. 

Este potencial terapéutico abre una nueva vía de tratamiento no solo para el melanoma, sino también para afecciones de la piel caracterizadas por una excesiva formación de vasos sanguíneos, como la rosácea y ciertos trastornos vasculares hereditarios.

Aunque se necesitan más estudios para entender con exactitud cómo se regula la ramificación vascular en la piel, el equipo de investigación ya se encuentra explorando aplicaciones clínicas más amplias de estos fármacos. Además de su efecto antitumoral, los compuestos podrían tener usos en patologías dermatológicas que actualmente tienen opciones terapéuticas limitadas.

La investigación contó con la participación destacada de Linh M. Vuong, PhD, como primera autora, junto con científicos de distintas disciplinas del equipo de UC Irvine. También fue clave la colaboración del grupo liderado por Marco de Vivo en el Instituto Italiano de Tecnología, quienes aportaron modelado molecular avanzado y conocimientos en farmacología traslacional. 

Esta sinergia entre biología molecular y química computacional fue fundamental para el desarrollo y la comprensión del mecanismo de acción de los nuevos compuestos.

El proyecto recibió financiación de instituciones reconocidas como el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, la Asociación Italiana para la Investigación del Cáncer, el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas, así como del Clinical Innovation Incubator del Departamento de Dermatología de UC Irvine. 

Este último programa busca fomentar soluciones clínicas innovadoras mediante el financiamiento de investigaciones con potencial de aplicación médica directa.

El Dr. Anand Ganesan, autor principal del estudio, es un referente en el campo de la dermatología y la biología del cáncer. Con más de 50 publicaciones científicas revisadas por pares, su investigación se enfoca en comprender las señales entre diferentes tipos celulares de la piel que desencadenan enfermedades y cáncer. 

Ganesan también ejerce funciones de liderazgo en múltiples programas académicos y de desarrollo científico en UC Irvine, lo que resalta su compromiso con la investigación traslacional que conecta el laboratorio con el paciente.

Este avance ofrece una nueva esperanza para tratar tumores de piel que no responden a los tratamientos actuales y podría ayudar a crear nuevos medicamentos que ataquen de manera específica el crecimiento de vasos sanguíneos en varias condiciones. 

Mientras tanto, el equipo de investigadores continúa trabajando para llevar estos compuestos a ensayos clínicos, con la expectativa de ofrecer nuevas soluciones a pacientes que hoy tienen opciones terapéuticas limitadas.