Washington (AFP) – El crecimiento de Latinoamérica y el Caribe se desacelerará bruscamente en 2022 y seguirá débil en los próximos dos años, estimó este martes el Banco Mundial, que advirtió sobre el impacto de la alta inflación y la guerra en Ucrania en la región.

El Producto Interior Bruto (PIB) regional crecerá 2,5% en 2022, cerca del 2,6% proyectado enero, pero drásticamente por debajo de la recuperación del 6,7% en 2021 tras la recesión por la pandemia.

En 2023 los resultados serán aún más magros, con una expansión del PIB de sólo 1,9%, antes de repuntar levemente a 2,4% en 2024, según el último informe de Perspectivas Económicas Globales (GEP) del Banco Mundial (BM).

«Se espera que la inflación elevada, las condiciones financieras más estrictas y la incertidumbre política afecten internamente», señala el reporte.

Por otra parte, «la desaceleración del crecimiento en los principales mercados de exportación, el endurecimiento monetario de Estados Unidos y los cuellos de botella de la oferta mundial, generan efectos de contagio negativos en la región», indica el BM.

Además, aunque la invasión de Rusia a Ucrania provocó una subida de precios de muchas exportaciones regionales, «es probable que tenga un efecto neto negativo en el crecimiento de Latinoamérica y el Caribe a través de un comercio global más débil y aumentos en los costos de los insumos y los precios al consumidor», señala el reporte.

Lenta expansión en Brasil y México –

La inflación de dos dígitos y el estancamiento de la inversión pasarán factura a Brasil, la mayor economía de Latinoamérica, para la cual el BM prevé un crecimiento de 1,5% en 2022 y de apenas 0,8% en 2023, luego del 4,6% del año pasado.

México, que creció 4,8% en 2021, se expandirá un 1,7% este año y un 1,9% en 2023, también impactado por la alta inflación, la incertidumbre política y la desaceleración del crecimiento estadounidense.

Para Argentina el banco prevé un crecimiento del PIB de 4,5% en 2022 y de 2,5 en 2023, tras el 10,3% de 2021, pero la elevada inflación amenaza estas perspectivas.

Chile y Colombia, que en 2021 crecieron 11,7% y 10,6% respectivamente, verán mermar su crecimiento, con expansiones pronosticadas de 1,7% y 5,4% en 2022, y de 0,8% y 3,2% en 2023.

En Perú, se espera que el incremento de la producción minera apoye el crecimiento. La expansión del PIB peruano se anticipa en 3,1% en 2022 y en 2,9% en 2023.

Centroamérica tendrá una desaceleración moderada dado el peso de la actividad en Estados Unidos en la demanda de exportaciones y en las remesas, con un crecimiento regional proyectado de 3,9% en 2022 y de 3,5% en 2023.

Para el Caribe, el Banco Mundial espera una expansión de 6,9% en 2022 y 6,5% en 2023, aupada por la recuperación del turismo.

Nubes en el horizonte –

Las dudas sobre las perspectivas económicas mundiales ensombrecen también el horizonte para Latinoamérica y el Caribe.

Existe «un riesgo significativo» de que un crecimiento más débil de lo esperado en China y Estados Unidos, principales socios comerciales de la región, pueda resultar en exportaciones e inversiones más débiles, apunta el BM.

Por otro lado, la escasez mundial de fertilizantes vinculada a la guerra de Ucrania, «podría exacerbar el aumento de los precios de los alimentos, lo que provocaría malestar social», estima el reporte.

Precisamente, los altos precios de los alimentos podrían llevar a más latinoamericanos a la extema pobreza.

«En respuesta, los gobiernos podrían verse tentados a aplicar políticas en última instancia contraproducentes, como controles de precios y restricciones a la exportación», advierte el organismo.

La alta inflación podría llevar a endurecer las políticas monetarias más rápidamente, y así «precipitar una desaceleración regional aún más pronunciada».

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