Temuco (Chile) (AFP) – El presidente de Chile, Gabriel Boric, quiere acordar este viernes propuestas junto líderes mapuches y de las comunidades de la región de La Araucanía que ayuden a sentar un diálogo y «aislar a quienes creen que la violencia es el medio» en esta zona en conflicto histórico.

El mandatario se reunió con dirigentes comunales, autoridades de localidades rurales e incluso ofreció una entrevista a una radio de Lonquimay, comuna a 740 km al sureste de Santiago en la frontera con Argentina, donde se mostró distendido y reconoció errores de su Gobierno en el abordaje inicial de este conflicto.

«Después de la reunión que vamos a tener con los lonkos (líderes mapuche) y las comunidades, vamos a socializar parte de las propuestas que tenemos para retomar el diálogo con el pueblo nación mapuche, y abordar parte de la deuda pendiente que tiene el Estado de Chile», dijo Boric en la entrevista.

El mandatario izquierdista, de 36 años, reconoció que «esto no se logra de la noche a la mañana, pero creemos que hoy están las condiciones para iniciar un nuevo camino, y aislar a quienes creen que la violencia es el medio», dijo.

La esperada visita de Boric a esta región donde habita una mayoría de las comunidades mapuche, estuvo precedida por una serie de ataques, como incendios a una escuela y una iglesia rurales, y cortes de rutas.

Incluso durante la noche del jueves al viernes, cuando Boric se alojó en una austera cabaña en Lonquimay, se registraron otros atentados similares con la quema de un camión y una vivienda en esta zona donde parte del conflicto es la explotación de la rica industria forestal.

En lo que va de año se han registrado al menos ocho muertos de la llamada violencia rural.

«Sin atajos» –

La Coordinadora Arauco Malleco (CAM), una de las principales organizaciones radicales mapuche que se ha atribuido haber provocado incendios forestales, rechazó la primera visita del presidente a la zona: «Fuera Boric del Wallmapu», advirtió.

«Su viaje al Wallmapu (nación mapuche, en mapudungun) obedece a los intereses de la oligarquía, al poder de los grupos económicos que confrontan directamente con la causa mapuche (…)», indicó el comunicado de la CAM.

Boric calificó el jueves de «cobardes» los ataques en la región.

En algunos casos son de «carácter terrorista», dijo y los comparó con acciones propias de los nazis en los años 1930 y otras de la época de la dictadura militar en Chile (1973-90), una declaraciones que el viernes eran recibidas como alivio, incluso elogios, por parte de la oposición política.

«Tuvimos como Gobierno, y creo que es importante reconocerlo, un paso en falso en nuestra primera visita, en donde pecamos de voluntarismo y tuvimos unos incidentes muy complicados que afectaron a nuestra ministra del Interior de entonces, a mi querida compañera Izkia Siches», dijo a la radio en referencia al primer acercamiento fallido de su Gobierno a este conflicto.

Ocurrió en Temucuicui, localidad rural donde se dirigía la entonces ministra del Interior, dos días después de la asunción en marzo del presidente Boric, cuando su comitiva fue amedrentada con balazos al aire.

Entonces «nos dimos cuenta de que la situación en La Araucanía hay que abordarla sin atajos y acá no se pueden hacer maniobras comunicacionales, sino que uno tiene que venir con una agenda sólida, robusta y por eso nos demoramos en prepararlo», indicó.

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