Ginebra (Suiza).- En los últimos meses, el fenómeno de El Niño de 2023/24 ha sido un protagonista clave en la configuración de un clima global extremo, marcando récords de temperatura y alterando patrones climáticos en todo el mundo. 

Sin embargo, según la última actualización de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), este influente fenómeno está mostrando signos de despedida, dando paso a la posible llegada de La Niña hacia finales de este año.

El Niño, caracterizado por un calentamiento significativo de las aguas del Océano Pacífico, ha contribuido no solo a elevar las temperaturas globales sino también a intensificar fenómenos climáticos extremos. 

Sin embargo, los últimos modelos de pronóstico indican que las posibilidades de transición a La Niña durante el período de junio a agosto de 2024 son del 50%, con una probabilidad que aumenta al 60% y 70% en los meses siguientes.

La Niña, por otro lado, implica un enfriamiento de las aguas en la misma región, afectando la circulación atmosférica y trayendo consigo un conjunto diferente de desafíos y patrones climáticos, generalmente opuestos a los de El Niño. 

Este cambio no solo es significativo por su impacto directo en el clima, sino también porque se produce en un contexto de cambio climático acelerado, exacerbando las condiciones extremas.

Ko Barrett, Secretario General Adjunto de la OMM, advierte que «cada mes desde junio de 2023 se ha establecido un nuevo récord de temperatura, y 2023 fue, con diferencia, el año más cálido registrado». Este patrón no se detendrá con el fin de El Niño, ya que las temperaturas seguirán siendo elevadas por la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

La anticipación de La Niña trae consigo la necesidad de preparación. Los impactos de este fenómeno no son uniformes y varían según la región y la intensidad del evento. Históricamente, ha traído precipitaciones superiores a lo normal en regiones como el norte de América del Sur y partes de África y Asia, mientras que otras áreas pueden experimentar condiciones más secas y frías.

En un esfuerzo por mitigar los efectos adversos y preparar a las comunidades vulnerables, la iniciativa «Alertas Tempranas para Todos» de la OMM cobra especial relevancia. Barrett enfatiza la importancia de estos pronósticos estacionales para informar las políticas y acciones tempranas, destacando que «nuestro clima seguirá siendo más extremo debido al calor y la humedad adicionales en nuestra atmósfera».

Los pronósticos probabilísticos de la temperatura del aire en superficie y las precipitaciones para la temporada de junio a agosto indican que, aunque hay incertidumbre respecto a la fuerza o duración de La Niña, es probable que sus efectos comiencen a sentirse en los próximos meses. 

Además, la OMM también toma en cuenta otros factores de variabilidad climática como la Oscilación del Atlántico Norte y la Oscilación Ártica para proporcionar una visión más completa de los posibles cambios climáticos.

Mientras los Centros Regionales sobre el Clima de la OMM y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales siguen de cerca estos desarrollos, es crucial que los tomadores de decisiones y las comunidades en general estén informados y preparados para adaptarse a un escenario climático que sigue siendo incierto pero inevitablemente impactante.