La UE pide escuchar al pueblo de Venezuela, pero evita reconocer a Guaidó
Una bandera de Venezuela durante una manifestación de la oposición en Caracas, el 23 de enero de 2019 © AFP Federico PARRA

Bruselas (AFP) – La Unión Europea urgió este miércoles a escuchar el «llamado masivo a la democracia» del pueblo de Venezuela y pidió elecciones «libres», pero evitó seguir a Estados Unidos y reconocer explícitamente al opositor Juan Guaidó como presidente interino.

«El 23 de enero, el pueblo venezolano ha hecho un llamamiento masivo a la democracia y a la posibilidad de decidir libremente su propio destino. Estas voces no pueden ser ignoradas», dijo la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en una declaración en nombre del bloque.

La UE pide escuchar al pueblo de Venezuela, pero evita reconocer a Guaidó
Los momentos clave de Maduro en Venezuela
© AFP Nicolas RAMALLO

La UE «pide encarecidamente que se inicie inmediatamente un proceso político que conduzca a unas elecciones libres y creíbles, de conformidad con el orden constitucional», agregó, después que Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, se autoproclamara presidente interino del país.

A diferencia de Estados Unidos y la mayoría de países latinoamericanos del Grupo de Lima, los europeos evitan reconocer explícitamente al líder opositor como jefe de Estado interino, pero tampoco apoyan ni nombran en la declaración al presidente Nicolás Maduro o a su gobierno.

El bloque expresa así su apoyo a la Asamblea Nacional opositora como «la institución elegida democráticamente» y cuyos poderes «deben ser restaurados y respetados», así como «los derechos civiles, la libertad y la seguridad de todos [sus] miembros», «incluido su presidente, Juan Guaidó».

Los 28 países del bloque parecen haber escuchado el llamado del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que momentos antes urgió a «toda Europa» a unirse «en apoyo a las fuerzas democráticas de Venezuela» y subrayó el «mandato democrático» de la Asamblea Nacional y de Guaidó.

«Contrariamente a Maduro, Guaidó sí tiene legitimidad democrática», tuiteó por su parte el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, un firme defensor de la oposición venezolana a la que, bajo su mandato, se le concedió en 2017 el premio Sájarov a la libertad de conciencia.

– Llamado a la calma –

Los 28 parecen alejarse de la posición mantenida hasta ahora: un doble enfoque basado en el diálogo como opción para salir de la crisis –la UE incluso trabaja en el lanzamiento de un Grupo de Contacto Internacional para febrero– y en la firmeza de las sanciones contra 18 funcionarios.

Así, la declaración no incluye el reiterado llamado de la UE a un diálogo entre gobierno y oposición y se limita a expresar su disposición a «apoyar el restablecimiento de la democracia y el Estado de derecho en Venezuela a través de un proceso político pacífico y creíble».

La UE pide escuchar al pueblo de Venezuela, pero evita reconocer a Guaidó
El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, quien se autoproclamó presidente interino del país, durante una marcha opositora en Caracas, el 23 de enero de 2019
© AFP Federico PARRA

Pese a las manifestaciones opositoras que dejaron 125 muertos entre abril y julio de 2017, la elección ese mismo año de la oficialista Asamblea Constituyente, que la UE no reconoce, supuso el punto de inflexión para que los europeos adoptaran sanciones, como un embargo de armas.

La UE llamó también este miércoles a la calma y a respetar el derecho de manifestación pacífica. «Queremos asegurarnos de que la violencia no estalle en la calle y de que nadie salga herido», dijo el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, desde Washington.

Los europeos deberán decidir ahora los próximos pasos. El jefe de los liberales en la Eurocámara, Guy Verhofstadt, urgió a la UE a seguir la estela de Estados Unidos y Canadá y reconocer a Guaidó como «presidente de Venezuela», el «único representante elegido legítimamente».

En febrero, el bloque preveía abordar de nuevo la situación durante una reunión de cancilleres en Bruselas para lanzar el Grupo Internacional de Contacto, cuyo porvenir depende ahora de la situación en Venezuela y de los contactos con unos socios regionales cada vez más polarizados.