Los Ángeles (California).- El panorama urbano y social en el condado de Los Ángeles está experimentando una transformación significativa, según revela la encuesta LABarometer Dornsife de la USC de 2023. 

LABarometer, un centro de investigación de la USC, realiza encuestas cada dos años para monitorear las condiciones sociales y económicas en Los Ángeles.

Esta última encuesta, realizada entre julio y septiembre de 2023, contó con la participación de 1.523 residentes y busca captar tendencias y cambios en las actitudes y circunstancias de los residentes.

En una época marcada por el trabajo remoto y los impactos económicos de la pandemia, este estudio arroja luz sobre cómo han evolucionado las tendencias de vivienda y las percepciones sociales en esta región.

Inicialmente, la pandemia desencadenó un éxodo de los habitantes de Los Ángeles hacia áreas más asequibles y menos densas. Sin embargo, el estudio muestra una notable desaceleración en esta tendencia. 

Actualmente, solo el 3% de los residentes del condado planean mudarse en el próximo año, una caída dramática del 70% en comparación con el 10% de 2020. 

Esta disminución es más pronunciada entre los inquilinos, reflejando una tendencia nacional de menores tasas de mudanza, posiblemente debido a desafíos económicos asociados con la reubicación.

Paralelamente, se observa un cambio positivo en la percepción de los vecindarios y la economía local. 

Los informes de problemas como delincuencia y vandalismo en los vecindarios disminuyeron del 52% al 47%, y hay una disminución en la percepción del aumento de los costos de bienes y servicios. 

Consecuentemente, la confianza del consumidor en la economía de Los Ángeles está en aumento, acercándose a los niveles pre-pandemia.

Kyla Thomas, directora de LABarometer y socióloga en el Centro Dornsife, enfatiza estas señales de recuperación y mejora en las condiciones de vida en Los Ángeles. 

“Vemos señales claras de recuperación en Los Ángeles, a medida que la inflación se enfría, la confianza del consumidor crece y las condiciones de los vecindarios mejoran”, dijo Thomas. “En aspectos clave, los residentes parecen ver Los Ángeles como un lugar más habitable que hace apenas un año”.

Sin embargo, a pesar de este optimismo creciente, los desafíos relacionados con la vivienda persisten. 

Un porcentaje significativo de los residentes que se mudaron dentro del condado lo hizo debido al aumento de alquileres, que alcanzó un máximo de cuatro años de $1.450. 

Esto ha afectado especialmente a inquilinos de ingresos moderados a altos, mientras que los de bajos ingresos son los más propensos a mudarse por esta razón.

“Este aumento en las reubicaciones inducidas por el alquiler muestra una imagen de un condado que aún lucha por la asequibilidad y la estabilidad en su mercado inmobiliario”, dijo Thomas.

La situación de la vivienda también revela diferencias entre propietarios e inquilinos. 

Aproximadamente el 64% de los inquilinos gastan más del 30% de sus ingresos en alquiler, considerado como una carga por el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos.

 En contraste, solo el 20% de los propietarios destinan más del 30% de sus ingresos a hipotecas.

Thomas destaca que la propiedad de viviendas se ha convertido en un estatus más selectivo y protector, señalando que la inseguridad inmobiliaria es impulsada principalmente por los inquilinos. 

La carga del alquiler es una fuente de estrés y limita la capacidad para costear necesidades básicas.

Otro hallazgo preocupante es el aumento en las denuncias de discriminación diaria, especialmente entre latinos y jóvenes, donde se ha reportado discriminación basada en apariencia física, trabajo y religión.

Los Ángeles muestra signos de recuperación post-pandemia, con mejoras en la percepción de los vecindarios y la economía. 

Sin embargo, los desafíos en el mercado inmobiliario, especialmente para los inquilinos, y el aumento de la discriminación, requieren atención continua.