Berlín (AFP) – Francia y Alemania propusieron este lunes un plan de reactivación de 500.000 millones de euros para hacer frente al impacto económico de la COVID-19, que está sumiendo al continente en una recesión histórica y causó más de 316.000 muertos en todo el mundo.

El mundo espera con ansia una cura que ponga freno a la epidemia, y el presidente chino, Xi Jinping, prometió que si China la encuentra, esta será un «bien público mundial».

Por otro lado, tras semanas de polémica sobre un asunto que enfrentaba a los países del norte y del sur de Europa y que amenazaba con fracturar la cohesión de la Unión Europea, el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, abrieron la vía a una mutualización de la deuda en el seno del club.

Los dos mandatarios propusieron que la Comisión Europea financie y apoye la reactivación económica recurriendo a los mercados de deuda «en nombre de la UE» y que luego entregue ese dinero a los países europeos y a «los sectores y regiones más afectados».

Los mercados europeos reaccionaron positivamente a esos anuncios, con fuertes alzas (5,6% en Fráncfort, 5,1% en París, 4,7% en Madrid, 4,29% en Londres, 3,26% en Milán).

Falta que París y Berlín convenzan al conjunto de los Estados miembros de la UE. Austria ya advirtió que las ayudas de la UE se realicen en forma de préstamos y no de subvenciones.

Por su parte, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, aplaudió la iniciativa y dijo que la propuesta era «ambiciosa, focalizada y bienvenida».

Resultados alentadores para una vacuna

Entretanto, en Ginebra, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo en la asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que reunió este lunes a 194 países por videoconferencia, que el mundo está pagando un «alto precio» por las estrategias divergentes emprendidas contra la pandemia.

Pese a la escalada de tensiones entre Washington y Pekín, los participantes esperaban adoptar por consenso una resolución propuesta por la UE para pedir un «proceso de evaluación» de las medidas tomadas por la organización frente la pandemia.

Para el secretario estadounidense de Salud, Alex Azar, la OMS «fracasó en obtener las informaciones que necesitaba el mundo y su fracaso ha costado muchas vidas».

Más tarde, el presidente estadounidense, Donald Trump, que anunció que toma hidroxicloroquina «desde hace una semana y media», fue más allá y acusó a la OMS de ser «una marioneta de China».

En un contexto tan tenso, el director de la máxima autoridad mundial en materia de salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, prometió el lunes que promoverá una investigación «independiente» sobre la respuesta que la agencia de la ONU y sus Estados miembros dieron a la pandemia, que surgió a finales de diciembre en China, «lo más pronto posible, en el momento apropiado».

En Estados Unidos, el país más castigado que superó los 90.000 muertos por coronavirus y 1,5 millones de infectados, la empresa de biotecnología Moderna, una de las más avanzadas en la carrera por la vacuna, anunció los resultados preliminares alentadores de su vacuna experimental en ocho voluntarios, antes de realizar ensayos a gran escala en julio.

A la espera de un remedio, el mundo intenta reanudar la actividad económica, asfixiada, mientras el coronavirus sigue avanzando, sobre todo en Brasil, India o Sudáfrica, y el temor a una segunda oleada de contagios persiste.

«Expresos» en las terrazas

En Rusia, segundo país del mundo en número de casos detectados, aunque las autoridades afirman que lograron «parar el crecimiento» de las nuevas infecciones, la situación varía dependiendo de la región.

El presidente, Vladimir Putin, admitió el lunes que Daguestán está atravesando graves dificultades. En esa república empobrecida del Cáucaso se registraron cientos de muertos, probablemente a causa de la COVID-19.

Por su parte, Japón, la tercera mayor economía del mundo, entró formalmente en recesión al registrar un segundo trimestre consecutivo de contracción. Además, anunció que cerraba el volcán Fuji a los senderistas a causa de la pandemia.

Mientras, Europa, el continente más afectado, seguía avanzando hacia el desconfinamiento.

En Italia, donde la pandemia dejó 32.000 fallecidos, los «expresos» volvieron a las terrazas de Italia, la basílica de San Pedro, en Roma, reabrió, como también lo hizo la Acrópolis en la capital de Grecia.

«Nunca vimos tan poca gente en la Acrópolis. Es como si tuviésemos una visita privada», declaró una ciudadana rusa, quien vive en Atenas desde hace cinco años.

En Roma, Raimondo Ricci, jefe del San Eustachio Il Caffe, regañaba, bromeando, a uno de sus camareros por haber perdido habilidades tras más de dos meses de inactividad: «¡Ya no sabe lo que hace!»

España, otra nación muy azotada por el virus y que contabilizaba 27.709 muertos, avanza también en su desconfinamiento, y a partir de este lunes un 70% de la población empezaba a darse un respiro de nuevo, aunque Madrid y Barcelona seguían bajo las restricciones.

En todo el mundo se imponen las medidas de distancia social, en un intento de frenar los contagios. En Nueva York, en un parque de Brooklyn se instalaron unos círculos gigantes para que la gente pueda descansar en la hierba en total seguridad.

En India, donde el confinamiento se prolongó hasta finales de mayo ante el aumento diario de casos, las autoridades indicaron que la cuarentena podría suavizarse en algunos casos para «facilitar la actividad económica».

De Portugal a Azerbaiyán, pasando por Dinamarca o Alemania, varios países reabrieron este lunes sus restaurantes, cafeterías y terrazas, como los famosos Biergarten de Baviera, en el sur de Alemania.

«Tiranía del aislamiento total»

En América Latina y el Caribe, el saldo de muertos por la pandemia del covid-19 roza los 30.000 decesos, más de la mitad de ellos en Brasil.

El gigante latinoamericano superó la barrera de los 16.000 fallecidos, aunque los expertos consideran que las estadísticas esconden una realidad mucho más trágica.

En Sao Paulo, con más de 35.000 casos y casi 3.000 fallecidos, el secretario de Salud local informó que las muertes aumentaron 432% en cinco semanas y advirtió que el sistema de salud podría colapsar en 15 días si estos índices continúan en ascenso.

En Chile, pobladores de una populosa comuna en el sur de Santiago, se enfrentaron el lunes con policías en protesta por la falta de alimentos y trabajo debido a la crisis provocada por el coronavirus, que mantiene en cuarentena total a la capital chilena.