México (AFP) – El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acusó este lunes a la oposición de entregarse a los brazos de las compañías extranjeras, luego de que su reforma constitucional para el sector eléctrico fuera derrotada en el Congreso.

«El día de ayer se cometió un acto de traición a México por parte de un grupo de legisladores que en vez de defender los intereses del pueblo, de la Nación, en vez de defender lo público, se convirtieron en francos defensores de empresas extranjeras», dijo el mandatario izquierdista durante su habitual conferencia de prensa matutina.

«Que no digan los vendepatria que la reforma afectaba, no argumentaron nada en contra», añadió sobre la iniciativa, la cual buscaba dar supremacía al Estado en la generación y distribución de energía.

Además de los partidos opositores -incluidos el influyente PRI y el conservador PAN-, la iniciativa era rechazada por los gobiernos y firmas de Estados Unidos, Canadá (socios de México en el tratado comercial T-MEC) y España, que advertían sobre un golpe a sus inversiones en el país.

Desde la semana pasada, López Obrador había adelantado que su proyecto podría no recibir los votos suficientes en la Cámara de Diputados, por lo que dijo que su gobierno ya estaba preparado para dicho escenario.

Se refería al aval que dio la Suprema Corte de Justicia a inicios de abril a una ley -aprobada por la mayoría oficialista en el Congreso bicameral en 2021- que da prioridad a la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) sobre los privados en el despacho de energía.

«Si la hubiesen declarado inconstitucional, entonces sí nos quedamos sin nada», dijo el presidente, empeñado en revertir una reforma de 2013 que, según él, subsidia a las compañías privadas y castiga a los pequeños consumidores con altas tarifas.

Nacionalizar el litio –

La reforma que se hundió en la Cámara reservaba al menos el 54% de la producción de energía a la CFE, contra el 38% que maneja actualmente y el 62% en manos de privados y extranjeros.

La iniciativa también contemplaba nacionalizar el litio, un mineral clave para las baterías de autos eléctricos, celulares y nuevas tecnologías. Pese al revés, López Obrador envió el domingo un proyecto al Congreso con ese fin.

Al no ser una reforma constitucional, esta propuesta solo requiere la mayoría simple en el Congreso, un numero de legisladores que sí tienen el partido gobernante Morena y sus aliados.

Para la reforma eléctrica, en cambio, necesitaba el visto bueno de las dos terceras partes de los 500 diputados.

Según Estados Unidos, el mayor socio comercial de México, la reforma habría desatado «litigios interminables» -al supuestamente vulnerar el T-MEC-, «inseguridad jurídica y perjuicios» a sus inversionistas.

La oposición asegura, además, que los cambios hubieran generado daños ambientales y riesgos para las inversiones privadas en el país.

Este lunes, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) celebró el rechazo del proyecto y destacó la «responsabilidad que mostraron los legisladores federales en el debate».

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