Washington (AFP) – Ante el avance descontrolado del covid-19, que ha infectado a 12 millones de personas en su territorio, Estados Unidos prevé iniciar a mediados de diciembre una campaña masiva de vacunación con la esperanza de alcanzar la inmunidad colectiva en mayo.

El comienzo de la vacunación puede suponer un cambio crucial en la batalla contra este virus que se ha cobrado más de 1,4 millones de vidas en todo el mundo desde que surgió en China a finales del año pasado.

La farmacéutica estadounidense Pfizer y su socio alemán BioNTech pidieron el viernes a la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) que apruebe su vacuna.

Esta solicitud se esperaba desde hacía varios días, tras la publicación de los resultados del ensayo clínico realizado desde julio entre 44.000 voluntarios en varios países, según el cual la vacuna tendría una efectividad del 95% contra el covid-19, sin efectos secundarios graves.

La agencia estadounidense anunció este domingo que el 10 de diciembre se llevará a cabo una reunión pública de su comité asesor de vacunas para considerar la solicitud, aunque su opinión será consultiva. La decisión de autorizar o no la vacuna dependerá de los científicos de la FDA y podría tomarse en la primera quincena de diciembre.

«Nuestro plan es poder enviar las vacunas a los sitios de vacunación dentro de las 24 horas posteriores a la aprobación» por la FDA, aseguró el domingo a la CNN Moncef Slaoui, el jefe de esta agencia estadounidense.

También afirmó que, una vez iniciada la campaña de vacunación, esperan que Estados Unidos logre la «inmunidad colectiva» en mayo.

Slaoui estimó que 20 millones de personas podrían vacunarse en diciembre, y unos 30 millones por mes después.

Pero el máximo responsable de enfermedades infecciosas de Estados Unidos, Anthony Fauci, alertó de que la situación podría empeorar antes de mejorar si la población deja de tomar precauciones en la próxima temporada de vacaciones.

«Estamos en una situación muy complicada en todos los niveles», afirmó en el programa de la CBS «Face the Nation»

¿Vacunas para todos? –

Pese a que los casos superan ya 12 millones en Estados Unidos, el país más afectado del mundo por la pandemia con 255.800 muertes, muchos ciudadanos están desoyendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, que pidieron no viajar para el Día de Acción de Gracias, que se celebra el jueves.

Algunos estados del país impusieron nuevas restricciones, incluyendo California, donde desde el sábado rige un toque de queda entre las 22H00 y las 05H00. Nueva York cerró de nuevo las escuelas.

Estados Unidos concedió también este sábado la aprobación de emergencia a un tratamiento con anticuerpos sintéticos contra el covid-19 de la compañía Regeneron, usado para tratar al presidente Donald Trump cuando contrajo el virus en octubre.

Reunidas en una cumbre virtual presidida por Arabia Saudita, las naciones del G20 prometieron «no escatimar esfuerzos» para asegurar un acceso «equitativo» a las vacunas, ante los temores de que los países más pobres queden rezagados.

La canciller alemana, Angela Merkel, dijo estar «preocupada porque todavía no se ha hecho nada» concreto para asegurar la vacunación en los países pobres.

Mientras, los cierres y otras restricciones impuestos en muchos países para hacer frente a la segunda ola de la epidemia comenzaban a dar sus frutos.

El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, cuyo país ha sido duramente golpeado por la pandemia, afirmó el domingo que la estrategia para disminuir la curva de infecciones está funcionando.

España declaró un estado de emergencia el mes pasado que autoriza a los gobiernos regionales a imponer restricciones como los toques de queda nocturnos.

El país registró menos de 400 casos de covid-19 por 100.000 habitantes durante las últimas dos semanas, en comparación con los casi 530 casos a comienzos de mes, indicó Sánchez tras la cumbre del G20.

Protestas –

Las restricciones y obligación de usar mascarilla han provocado protestas y rechazos en algunos países, particularmente en Estados Unidos, donde los seguidores de Trump se manifestaron contra los cierres.

Un rechazo similar se ha visto también en otros lugares como Alemania, donde el ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, arremetió el domingo contra los manifestantes antimascarillas que se compararon con las víctimas de los nazis, acusándoles de trivializar el Holocausto y «burlarse» de la valentía mostrada por los combatientes de la resistencia.

Las críticas llegaron después de que una joven dijera desde el escenario de una protesta contra las restricciones en Hanover el sábado que se sentía como «Sophie Scholl», la estudiante alemana ejecutada por los nazis en 1943 por su papel en la resistencia.

Las medidas tomadas por el gobierno para reducir la expansión del coronavirus originaron heterogéneas protestas en Alemania, a las que se unieron activistas de extrema izquierda, seguidores de las teorías de la conspiración o ultraderechistas que critican que las restricciones violan sus derechos civiles.

Pese a mostrarse necesarias en la lucha contra el virus, las restricciones acarrearon severas consecuencias para las economías mundiales.

El último aviso llegó el domingo del ministro británico de Finanzas, Rishi Sunak, quien afirmó que la economía nacional se encuentra bajo una «enorme presión».

Reino Unido es el país más afectado de Europa por la pandemia del covid-19, con más de 54.000 muertes y 1,4 millones de casos.

En noviembre, el gobierno del primer ministro Boris Johnson impuso un confinamiento de cuatro semanas, que debería levantarse de forma parcial el 2 de diciembre para dar algo de respiro a la economía.

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