Roma (AFP) – El «rey de la cocaína» Rocco Morabito, que de joven forjó su fama y su fortuna dirigiendo el floreciente tráfico de Milán en los años 1980, fue extraditado este miércoles de Brasil a Italia, donde deberá purgar 30 años de cárcel.

Desde muy joven era conocido por su capacidad para dirigir el tráfico de drogas, desde cocaína hasta heroína, en la capital financiera de Italia.

El joven calabrés que adquiría clubes nocturnos y bares de moda se convirtió a los 25 años en uno de los nuevos rostros de la mafia calabresa, la N’drangheta, entonces en plena expansión.

‘U Tamunga’, el apodo que le pusieron por la pasión que sentía por un viejo modelo de todoterreno militar alemán, fue uno de los protagonistas de los años dorados de las famosas discotecas del centro de Milán, donde se reunían los hijos de la burguesía industrial en busca de emociones fuertes.

Ese ambiente le permitió tejer relaciones con celebridades del mundo del espectáculo y de los negocios, logrando que la ‘Ndrangheta se infiltrara en el tejido social y económico de la región más próspera de la península.

Gracias al tráfico de cocaína conquistó la confianza de los carteles de la droga de América Latina.

La gran disponibilidad de dinero que gozaba, la puntualidad en los negocios y su capacidad de abrir mercados en el exterior lo convirtieron en una figura clave.

El «embajador» de la ‘Ndrangheta –

«Era como un embajador de la ‘Ndrangheta. Proviene de las familias ‘nobles’ de la organización», aseguró Roberto Saviano, conocido periodista italiano experto en asuntos de mafia y autor de varios libros sobre el tema.

«Su rol fue fundamental para conectar a las familias poderosas de la mafia calabresa con numerosos carteles internacionales», explicó.

El segundo criminal más buscado de Italia tras el capo de Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro, según Interpol, fue uno de los hombres que contribuyó a la escalada para internacionalizar la mafia calabresa y suplantar a la Cosa Nostra siciliana y a la Camorra napolitana.

La ‘Ndrangheta es hoy en día la organización criminal «con más ramificaciones en el mundo, ya que está presente en los cinco continentes», según escribió el magistrado italiano Roberto di Bella.

Pero no todo ha sido color de rosa para Morabito. En 1994 fue descubierto mientras intentaba pagar millones de dólares a agentes encubiertos por el suministro de una tonelada de cocaína.

A partir de ese momento Morabito se convirtió en un fugitivo, huyó de Italia y pasó veinticinco años entre Brasil, Argentina y Uruguay.

En 2017, tras residir 13 años con otra identidad en el balneario uruguayo de Punta del Este, bajo el nombre de Francisco Antonio Cappelletto Souza, rico exportador de soja, fue detenido en un hotel de Montevideo.

Mientras esperaba su extradición en una cárcel de Uruguay protagonizó una espectacular fuga junto con otros tres criminales internacionales, realizando un boquete que les permitió salir por la azotea de la penitenciaría.

Unos 50.000 dólares fueron usados para sobornar a los agentes, según las investigaciones.

Detenido de nuevo en mayo del 2021 en un lujoso hotel de Joao Pessoa, en el nordeste de Brasil, como resultado de una investigación conjunta entre Brasil e Italia, deberá afrontar en Italia una condena de 30 años.

Su extradición fue autorizada por Brasil en marzo pasado, pero fue suspendida por una causa penal abierta. Italia temía entonces que el hombre de las mil vidas y muchas identidades, de las cejas pobladas y gusto por la buena vida, lograra de nuevo salirse con la suya.

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