Caracas (AFP) – Un motín en unos calabozos policiales de la ciudad venezolana de Valencia (norte) dejó este miércoles decenas de muertos y heridos, denunció una ONG que defiende los derechos de los presos, mientras las autoridades mantenían hermetismo.

El incidente se produjo en la madrugada durante un intento de fuga en las celdas de la policía del estado Carabobo. Los detenidos habrían prendido fuego a colchones y despojado de su arma a un agente, informó la ONG Una Ventana a la Libertad.

Según Carlos Nieto, director de esa asociación, en los hechos murieron 78 personas. «Unos fallecieron calcinados y otros por asfixia», aseguró a la AFP.

«Dos mujeres que se presume estaban de visita están entre los muertos», agregó Nieto.

Sin embargo, aclaró que «no ha habido ningún pronunciamiento oficial».

Ninguna autoridad se ha referido al suceso, que pone de relieve la grave situación de las prisiones venezolanas.

Fotografías tomadas por miembros de la ONG muestran el cuerpo de un hombre con quemaduras y a bomberos atendiendo la emergencia.

Una fuente del Ministerio de Servicios Penitenciarios consultada por la AFP aseguró no estar en conocimiento de los hechos, aduciendo que esa cartera solo se ocupa de monitorear las cárceles nacionales.

En medio de la confusión, familiares intentaron ingresar a la sede policial -que depende de la gobernación del estado Carabobo- y durante el forcejeo un funcionario fue herido con una piedra. La protesta fue dispersada con bombas lacrimógenas, precisó Una Ventana a la Libertad.

Un video difundido en Twitter muestra a decenas de personas exigiendo información, entre ellas mujeres llorando frente a un piquete policial que custodiaba el lugar.

«Soy una madre desesperada. Mi hijo tiene una semana aquí. No han dado información de nada», declaró a medios locales Dora Blanco.

Corresponsales locales informaron en Twitter que la situación en la comandancia policial era tensa en la noche y que circulaba una lista con los nombres de 20 fallecidos.

– Hacinamiento –

Nieto afirmó que lo ocurrido «no es una situación aislada», pues «todas las comisarías de policía de Venezuela están viviendo condiciones iguales o peores de hacinamiento, falta de alimentos y enfermedades».

El pasado 16 de marzo, 58 presos escaparon de un calabozo en la turística isla de Margarita, al norte del país.

Los reos -que fueron recapturados- huyeron a través de un agujero que abrieron en una pared.

El hacinamiento en las cárceles de Venezuela obliga a los cuerpos de seguridad a utilizar centros policiales como lugares de reclusión permanente. Aunque por ley los detenidos no deberían pasar allí más de 48 horas.

La ONG, que estima que la sobrepoblación en esas dependencias alcanza 400%, denunció que 65 personas (62 reclusos, un familiar y un policía) murieron en 2017 en choques por el control de calabozos y por padecimientos asociados a la desnutrición y la tuberculosis.

En agosto de 2017, un motín dejó 37 muertos y 14 heridos en unas celdas policiales del estado de Amazonas (sur).

Mientras que en abril de 2017 un choque entre bandas rivales dejó 12 muertos y 11 heridos en la cárcel de Puente Ayala, en la ciudad de Barcelona (este).

Un mes antes fueron hallados los restos de 14 personas en una fosa común en la clausurada Penitenciaría General de Venezuela, en San Juan de Los Morros (centro del país).