Buenos Aires (AFP) – El debate sobre la legalización del aborto en Argentina volvió este jueves a la Cámara de Diputados, donde podría recibir un primer voto favorable antes de someterse al Senado, dos años después de que fracasara una iniciativa similar.

La sesión parlamentaria se extenderá hasta la madrugada del viernes. El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, estimó que el voto podría ocurrir después de las 02H00 locales (05H00 GMT).

Para que la norma sea aprobada se necesita una mayoría de 129 votos sobre el total de 257 diputados. Los que impulsan la ley piensan que pueden alcanzar esa cifra, aunque aún hay media decena de votos inciertos.

«Todos estamos a favor de la vida, pero estamos en contra de la clandestinidad. El aborto existe, existió y seguirá existiendo», declaró la diputada Adriana Cáceres, del partido derechista Pro y favorable a la ley, en respuesta a los grupos que rechazan el proyecto y se definen a sí mismos como ‘pro-vida’.

El debate sobre la legalización del aborto dominó la agenda política argentina en 2018, cuando por primera vez fue abordado en el Congreso, y su discusión se trasladó a todos los ámbitos de la sociedad, con masivas manifestaciones en las que destacaron las mujeres más jóvenes en este país de mayoría católica y cuna del papa Francisco.

Pero aunque la norma consiguió entonces la aprobación de la Cámara de Diputados con 129 votos a favor, 125 en contra y una abstención, fue rechazada luego en el Senado, con 38 votos en contra, 31 a favor y dos abstenciones.

Ambas cámaras se renovaron parcialmente en las elecciones legislativas de medio término de 2019.

Ahora la iniciativa sobre la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) hasta la semana 14 de gestación la promueve el presidente de centroizquierda Alberto Fernández, como un modo de «garantizar que todas las mujeres accedan al derecho a la salud integral».

La diputada Ana Carolina Gaillard, del oficialista Frente de Todos, enfatizó que «el debate no es sobre aborto sí o aborto no, sino sobre aborto seguro o aborto inseguro», al evocar las muertes que se derivan de las interrupciones clandestinas del embarazo, unas 3.000 desde 1983, según el presidente Fernández.

Del lado de los contrarios, el diputado Martín Maquieyra, del Pro, pidió «escoger el camino difícil: el de la educación sexual y los anticonceptivos». «Necesitamos un Estado que acompañe y no descarte. ¿Qué país sería Argentina si seleccionamos quién nace?», resaltó.

Analistas de salud calculan entre 370.000 y 520.000 los abortos clandestinos anuales en Argentina, con 39.000 internaciones cada año, según estadísticas del gobierno.

Verdes contra celestes –

A las afueras del Congreso aguardan las militantes a favor del aborto legal, identificadas con el pañuelo verde, y también las que lo rechazan, que visten el color celeste.

«¡Aborto legal ya, gratuito y en el hospital!», es el llamamiento de las verdes, que se concentran frente al Palacio de Congreso, rodeado de pancartas.

«Estamos con expectativa de que salga la ley, porque es una herramienta en la mano para ir a exigir el derecho», declaró a la AFP la dirigente de izquierda Vilma Ripoll, quien sigue el debate desde pantallas gigantes colocadas en la plaza del Congreso.

Para Valeria Bonetto, médica de 48 años que acompaña la vigilia de las verdes, la legalización «es una cuestión de salud pública, de justicia social y de derechos humanos».

Las celestes, separadas por una valla, acudirán al final de la tarde en una caravana y bajo las consignas «¡Salvemos las dos vidas!» y «Marcha por el niño por nacer».

En Argentina, el aborto solo se permite en caso de violación o peligro de vida para la mujer, legislación vigente desde 1921.

Si aprueba el aborto legal el país sudamericano se sumará a Cuba, Uruguay, Guyana y Ciudad de México, como lugares que lo permiten en América Latina.

Acompañamiento por mil días –

El oficialismo ha desplegado gestos políticos tendientes a asegurarse el voto de indecisos o de contrarios a la norma. El principal fue enviar otro proyecto de ley, el Plan de los 1.000 días, destinado a apoyar económicamente a mujeres de sectores vulnerables que deseen llevar adelante un embarazo.

Se trata de «fortalecer la atención integral durante el embarazo y de los hijos en los primeros años de vida», según Fernández.

A la vez, el proyecto para la legalización del aborto prevé la objeción de conciencia individual y también la de un establecimiento de salud en caso de que todos sus médicos hagan objeción. Pero habrá obligación de derivar a la paciente para su atención en otro centro hospitalario.

Otro recurso para sumar votos será disponer de un «acompañante o referente afectivo» para las adolescentes de 13 a 16 años que opten por un aborto.

Si el proyecto se aprueba en la Cámara Baja, el bloque peronista del Senado intentará debatirlo y votarlo antes de fin de año.

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