Buenos Aires (AFP) – Enfrentamientos entre policías y manifestantes sacudieron este viernes la ciudad argentina de Formosa, en el norte del país, en una protesta provocada por la decisión de las autoridades provinciales de regresar a la fase más estricta de la cuarentena por el covid-19.

La policía reprimió con gases y balas de goma a cientos de manifestantes que se dirigían hacia la casa del gobierno de la provincia de Formosa, en el centro de la ciudad homónima, donde derribaron vallas de seguridad.

La provincia de Formosa se encuentra cerrada y no permite el ingreso de personas desde otras zonas del país. En enero hubo denuncias de abusos en los centros de aislamiento para enfermos y sospechosos de covid-19.

Fronteriza con Paraguay, es una de las provincias que ha adoptado medidas más duras en el contexto de la pandemia. En el último año acumula poco más de 1.300 casos.

Manifestantes, muchos de ellos del sector informal de la economía, marcharon este viernes al grito de «queremos trabajar».

Cerca de 60 personas fueron detenidas, denunció la concejal Gabriela Neme, quien sufrió una fractura de brazo durante la protesta.

Según la Asociación de Entidades Periodísticas de Argentina, un periodista fue herido con balas de goma y otra quedó detenida durante su cobertura de la protesta.

Imágenes de la fuerte represión se multiplicaron en las redes sociales.

Los manifestantes rechazaron el anuncio del gobernador Gildo Insfrán de que durante las próximas dos semanas Formosa pasará a la fase 1 de la cuarentena, la de mayor restricción en las actividades, debido a que en la ciudad de unos 250.000 habitantes se confirmaron este viernes 17 nuevos casos de covid-19.

«Nada justifica este tipo de acciones violentas. Llamamos a la reflexión e invitamos a que todos sus reclamos los realicen de manera pacífica», declaró el ministro de gobierno provincial Jorge Abel González, al ratificar el endurecimiento de las restricciones.

«Trabajar, estudiar y circular libremente» –

La represión de las protestas fue rechazada por partidos de la oposición política y también por el gobierno de Alberto Fernández, un centro-izquierdista que pertenece al peronismo, al igual que el gobernador Insfrán.

«El Estado debe garantizar la libre expresión pacífica de la ciudadanía. En momentos de angustia colectiva, tiene que primar la serenidad. La violencia nunca es el camino. Y mucho menos la violencia institucional», escribió en Twitter Santiago Cafiero, jefe de gabinete de Fernández.

«Los formoseños solo quieren trabajar, estudiar y circular libremente. La respuesta del gobierno son balas de goma y gases. Insto a Insfrán a detener la represión», declaró el senador Luis Naidenoff, representante de esa provincia por la Unión Cívica Radical (socialdemócratas).

La oficina de Naciones Unidas en Argentina también expresó su «preocupación» y pidió garantizar el respeto a los derechos humanos en el marco de las políticas sanitarias contra el covid-19.

Argentina, con 44 millones de habitantes, supera los 1,2 millones de contagios y las 52.000 muertes por coronavirus.

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