Caracas (AFP) – Calles semivacías: Caracas se despertó este lunes en «cuarentena colectiva» luego de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó a sus seis millones de habitantes quedarse en sus casas para frenar la propagación del coronavirus en el país, donde ya se registran 17 casos de infectados.

Aunque algunos se lo toman a chiste, en las calles abundan las máscaras faciales y guantes, una medida de precaución bajo la cual subyace una preocupación mayor: un sistema de salud inoperante y ya colapsado antes de la llegada del virus.

En la avenida Francisco de Miranda, la importante arteria que atraviesa la capital de este a oeste, los autobuses que llevan a los caraqueños al trabajo, normalmente abarrotados, marchan medio vacíos. De los ruidosos mototaxis y los bocinazos no hay señal. La calle se desacelera.

En su mayoría, los peatones acataron la orden de Maduro: «máscara de protección y guantes para todo el mundo».

«Me parecen bien las medidas para la seguridad», dice Sonia Nicucci, de 45 años, con el rostro cubierto.

Si salió de su casa, contrariando la orden de permanecer en «casa» dada el domingo por el presidente, fue para «tramitar papeles» en el consulado italiano. Subrayó que es «para sacar la nacionalidad italiana de mis hijos», un documento que, como muchos pasaportes europeos, permite a los venezolanos viajar más libremente o engrosar la lista de millones que ya emigraron por la crisis socioeconómica reinante.

Daiana, una empleada de oficina de 39 años, salió sin ninguna protección en la cara. «En el metro solamente lo usamos. No lo vemos muy útil aquí en el calle», señala.

Dice que sigue las demás recomendaciones de la OMS: lavarse las manos continuamente y mantener una distancia prudente de los demás. Pero insiste en no exagerar: «No podemos entrar en pánico».

Hasta el momento, Venezuela registra 17 casos del nuevo coronavirus y ningún fallecido ligado a la enfermedad. Los infectados han sido puestos en cuarentena, según el gobierno, que afirma que se trata de casos «importados».

Además de Caracas, seis de los 23 estados venezolanos son objeto de la medida anunciada por Maduro: prohibición de salir de casa, salvo para comprar comida o acudir a emergencias. Caracas es la primera capital latinoamericana en ser puesta en cuarentena.

«No temo aburrirme en casa, temo perder dinero. Si no trabajo, no cobro», dice Omar, un mecánico de 22 años.

Eckmundo, por su parte, se toma el asunto a chiste. Sin máscara ni guante, acaba de estrechar la mano a un conocido en la calle. «Lo estoy tocando para ver si tiene fiebre», bromea.

– Restricciones y control –

El gobierno también ordenó el cierre de las escuelas y las conexiones aéreas con Europa, Colombia, República Dominicana y Panamá fueron suspendidos por un mes.

Debido a la cancelación de la mayoría de los vuelos, el Aeropuerto Internacional de Caracas está desierto. Según constataron los periodistas de AFP, apenas un puñado de tiendas están abiertas en la terminal principal.

Para hacer cumplir la medida de confinamiento, el gobierno acudió al Ejército, pilar del sistema político venezolano, y a la Policía. En las calles, patrullas en moto y automóviles verifican el uso de las mascarillas y que solo las tiendas de alimentos estén abiertos.

Conduciendo luego desde el aeropuerto hacia el centro de Caracas, el equipo de AFP vio a soldados que montaron bloqueos de carreteras donde verifican que los pasajeros de los vehículos llevan máscaras, aunque sin saber de a qué se arriesgan los que contravienen la normativa.

– «No estamos preparados» –

En «La Gran Majestic», una tienda que ofrece pan, croissants y jamón, José abrió «como siempre», pero lo que teme «es que no vengan los clientes». «No hemos instalado las mesas y vamos a hacer solo para llevar», detalló.

Un poco más lejos, Sujeiny, de 22 años, usa su bufanda como máscara. «No encontré tapa boca en la farmacia», dice, subrayando, sin embargo, que no quiere «entrar en pánico.

Esa situación ilustra las penurias que enfrenta Venezuela, ya sumida en una debacle por seis años de recesión e hiperinflación. Las máscaras y el alcohol en gel escasean en los comercios.

La semana pasada Maduro llamó a los venezolanos a «fabricar sus propios tapabocas» con pañuelos y otros materiales, aunque aseguró que el gobierno está trabajando para garantizar abastecimiento.

Pero es sobre todo el sistema de salud lo que más preocupa a los venezolanos. «Es un tema delicado», dice Daiana. «Nuestro sistema de salud está por el piso. Entonces yo creo que es mejor tomar medidas preventivas», acotó.

En los hospitales venezolanos falta de todo. «Apenas tenemos un, dos, tres, cinco por ciento de insumos de medicamentos» necesarios, explica a AFP Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana.

El doctor Huníades Urbina, miembro de la Academia Nacional de Medicina, va más allá: hace falta la mitad del material quirúrgico en las clínicas y hospitales del país.

«No estamos preparados» para enfrentar una epidemia, advierte.