El Alto (Bolivia) (AFP) – Con trajes de bioseguridad, cinco médicos y paramédicos recorren a pie la ciudad boliviana de El Alto, que tiene bajo índice de vacunación contra el covid-19, para alentar a los pobladores a inmunizarse y abandonar informaciones falsas como que una dosis los convertirá en hombres-lobo o volverá estériles.

La médica Elena Espinal Villca dirige su pequeño grupo de brigadistas, de los casi un millar que el Ministerio de Salud desplazó desde el jueves en El Alto, vecina de La Paz, a 4.000 metros sobre el nivel del mar y con fuerte presencia de migrantes indígenas.

El trabajo del grupo es identificar casas donde no hay vacunados, ofrecer dosis, explicar sus beneficios y despejar temores y dudas, porque abundan informaciones erróneas en contra.

«Lo que pasa es que muchas veces piensan que una vez vacunados se van a volver lobos o que van a tener un nivel de vida de dos años», dice a la AFP y aclara que un integrante de la brigada se dedica a despejar los miedos.

Elsa Mamani Huanca realiza esa labor contra la desinformación. Las personas «desconfían que pueden volverse estériles o en lobos, pero les recomendamos que no es la realidad».

«Nosotros explicamos que la vacuna puede prevenir la enfermedad», dice ella.

María Eugenia Mollericana, ama de casa de 50 años, ha recibido una dosis de AstraZeneca que un responsable del grupo le colocó en el brazo contra el coronavirus y reconoce que algunas personas «me han expresado su temor a la vacuna, porque han habido algunas reacciones» físicas en contra.

Pero ella dice que también se inmunizó, porque padeció el mal hace mes y medio.

Mery Amalia Quispe es dirigente del vecindario y menciona los errores que se difunden: «existen esos tabús de que no van a poder tener hijos, que solamente van a tener dos años de vida».

Casa por casa

El fin de las brigadas médicas es recorrer calle a calle y puerta a puerta para que los vecinos se vacunen, pues El Alto apenas registra un 36% de inmunizados, de los 660.000 mayores de 18 años que deben ser alcanzados, mientras otras ciudades superan el 60%.

El Alto tiene un total de 1 millón de habitantes y es el segundo más poblado del país, después de Santa Cruz (este).

Los brigadistas también informan de las medidas de bioseguridad para evitar contagios, como lavarse las manos, usar alcohol para desinfectar las manos, portar un tapabocas o mantener la distancia de un metro entre personas en lugares públicos.

De los 7,1 millones de personas que deben inmunizarse en el país, 3,3 millones recibieron su primera dosis y 3 millones la segunda de algunas de las marcas que el gobierno dispone: AstraZeneca, Pfizer, Sputnik V, Sinopharm o Janssen.

El gobierno estima terminar su meta hasta fin de año.

¿Mujer-loba, yo? –

La viceministra de Seguros de Salud, Alejandra Hidalgo, enumera los factores para los bajos niveles de vacunación en El Alto.

Explica que buena parte de la gente se dedica a la actividad informal y vive del día a día, por lo que ir a un punto de vacunación resulta un perjuicio económico.

Pero también reconoce que el movimiento antivacunas ha tenido su incidencia.

«Todas las teorías de ‘hombre lobo’ no son reales. Yo me hice vacunar y no soy mujer-loba, estoy esperando y no pasa nada», dice la autoridad a la AFP.

En otro punto de vacunación está la médico Betty Mamani Espinoza, quien también menciona la desinformación que circula, principalmente en Internet.

«Se han vacunado millones [en el mundo] y lo dudo [de convertirse en un hombre-lobo’], estamos tan susceptibles, pero lamentablemente son mitos que no son reales», dice.

La viceministra Hidalgo urge a la población a vacunarse, pues -asegura- casi el 100% de los que ahora están en salas de terapia intensiva no ha recibido ni una dosis.

Bolivia, de 11,5 millones de habitantes, acumula más de 496.350 contagiados y más de 18.620 fallecidos.

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